Capítulo 9

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Al separarnos el ascensor llego a su piso, era el último, no me sentía mareada, en realidad me sentía un poco excitada, lo que no se es si se trata de la altura o por tener a mi jodido novio más caliente que el sol caminar despreocupado por su departamento. 

- Luna, ¿en que piensas, pequeña? - me pregunta de pronto y mis mejillas se tiñen de rojo, diablos

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- Luna, ¿en que piensas, pequeña? - me pregunta de pronto y mis mejillas se tiñen de rojo, diablos. 

- Nada, solo me... distraje un minuto... - me acerco a tomar su mano que me ha extendido, me jala hasta estar a escasos centímetros de su rostro. 

- Te daré el resto de tu sorpresa, pequeña Luna... - me jala por el pasillo y veo que vamos a su habitación, miro extrañada la puerta y me incita a abrirla. - Vamos, quiero ver tu rostro cuando veas lo que hay dentro... 

Abro impaciente la puerta y me quedo de piedra, SORPRESA es lo único que mi cerebro puede procesar, a demás de todas las flores, los globos, los chocolates y el gran y gigantesco oso panda de peluche, un grito de alegría sale de mi. 

- ¡Gracias! - grito mientras corro hasta lanzarme sobre el gran panda, me muevo y doy vueltas como loca, corro hasta donde esta y con toda mi alegría, lo abrazo. - ¡Te amo, te amo, te amo! - grito bajo sus brazos. 

- Yo te amo aun más, Luna... - me levanta y me da un par de vueltas, me sujeto de su cuello y lo beso, lo beso con mi amor, mi felicidad y todo de mi. - Eres absolutamente todo para mi, te daría esto y más todas las noches por el resto de mi vida, Luna... - dice cuando nos separamos. 

Me besa, pero esta vez es más lento, mas perfecto; tomo su cabello y comienzo a jugar con él, sus manos en mi cintura se enganchan como si la su vida se fuera ahí, una de sus manos viaja hasta mis piernas, me levanta un poco y envuelvo su cintura.

Al no sentir el suelo, me sujeto con fuerza de él, provocando que gruña y una montaña rusa se crea en mi estomago, voy en picada y no me importa si me pierdo en este momento, solo quiero estar con él, solo con él, por el resto de mi vida. 

Continua besándome y siento como poco a poco camina hacía la gran cama, de un manotazo quito al gran panda y Eina me va a recostando de forma delicada sobre la gran cama, cubierta por sabanas de seda y un cobertor negro. 

Una vez en la cama'se sostiene con sus antebrazos para evitar poner todo su peso en mi, deja mis labios y baja lentamente por mi cuello hasta llegar justo donde el vestido tapa mis pechos, con lentitud sube una mano por mi pierna hasta subir mi vestido. 

- Luna... - beso su cuello y meto mis manos por su saco, se lo quita en menos de un segundo. - No quiero obligarte a nada, puedo esperar... - dice haciendo un recorrido desde el inicio de mis pechos, hasta mi cuello, mandíbula y labios. 

- Quiero... - le digo con la voz algo cortada y lo beso, quito su corbata y desabotono su camisa. - hacerlo... - baja lentamente el cierre de mi vestido. - contigo... - me besa los labios y saca por completo mi vestido y mis zapatos. 

Besa con delicadeza mis pechos sobre el conjunto y baja hasta mi abdomen, continuo jugando con su cabello y se levanta, quito su camisa y comienza a arrancarse el cinturón y los pantalones, los zapatos se lo saco de una patada junto a los calcetines. 

Con cuidado y lentitud me quita el sujetador y lo desliza con delicadeza por mis brazos, una vez fuera me cubro, pues si me siento algo incomoda, me quita las manos con cuidado y me besa dulcemente los labios. 

- Eres hermosa, no te ocultes de mi... - suspiro y sigue su paso con besos hasta mis pechos, comienza a masajearlos y miles de gemidos y jadeos se logran escapar de mi garganta, las sensaciones son tan intensas que cierro los ojos. 

Pasa una eternidad y las sensaciones logran crecer dentro de mi, con más cuidado aun, deja mis pechos y suelto una protesta en silencio, baja sus manos a mis caderas y luego a mis piernas, con extrema paciencia mete una mano dentro de mis bragas. 

- E-eina... - gimo su nombre, él discretamente introduce un dedo dentro de mi y gimo fuerte, bastante fuerte, comienza a mover lo lentamente y  lo saca de pronto, lo miro mal. 

- Estas lista, pequeña... - me susurra con su voz ronca por el deseo, se saca los boxers y toma un paquetito plateado de algún lado de la habitación, se lo coloca con cierta prisa y me mira, yo lo miro, pero mi vista baja algunos grados y... ¡Voy a morir!

- Esa cosa me va a romper... - murmuro casi sin aliento y puedo ver que sonríe.

- Tranquila, confía en mi. - me besa y con cuidado me separa las piernas, se introduce lentamente en mi y justo en un punto tomo sus brazos y os araño un poco, siento un profundo dolor en esa zona y cuando lo tengo dentro completamente, se queda quieto. 

Nos miramos unos momentos y el dolor comienza a ceder, beso sus labios y el comienza a salir y a entrar lentamente, con calma y hasta podría decir, atreviéndome a soñar, que estamos haciendo el amor, y eso es muy lindo. 

- Lu-na... - gime mi nombre con esa voz tan ronca y mi cuerpo vuelve a la realidad, mis piernas toman su cintura y voy a su encuentro, ambos gemimos y continua moviéndose lentamente, aprieta un poco los dientes, vuelvo a su encuentro y toma mis caderas. 

- Por favor... - suplico pasando mis manos por su espalda y veo la duda en su mirada, vuelvo a ir a su encuentro y sus ojos se vuelven casi negros. 

Con un movimiento rápido y fuerte me penetra hasta el fondo, gimo en voz alta y continua con ese movimiento rápido y placentero, veo como su cuerpo se siente más ligero y con cada embestida mi cuerpo comienza a arquearse. 

Con miles de embestidas mi cuerpo explota a su alrededor, dejándome como una muñeca de trapo, siento poco después como Eina se viene con un estruendoso gruñido y se aferra a mis caderas, cae encima de mi y se sostiene con sus brazos, sale de mi produciendo una sensación de vació. 

- Eso... - aun tiene su voz agitada y mi mente sigue volando, a duras penas y pienso algo. - fue... espectacular... - se acerca y me besa  dulcemente los labios. - Te amo, Luna... 

- Eso fue maravilloso, Eina... - le digo cuando recupero la voz, le sonrió y se quita el condón, se vuelve hacia mi y tomando mi cintura nos tapa con las mantas , me acurruco en su pecho. - Yo también te amo, Eina, tal vez mucho más que tu a mi... 

Ambos nos dormimos con mis palabras flotando en el aire, él con una sonrisa y yo con un bello recuerdo plasmado en mi mente, el de esta noche y el de la primera noche que pasamos juntos, abrazados bajo una manta en su habitación. 

Todo de mi...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora