Todo de mi...

Capitulo 14

P. O. V. Luna Venett.

Cuando llego un paquete a la casa, estaba viendo los archivos donde estaba escrito la ubicación de la casa de August, posiblemente ahí estaba escondida Emma, cuando baje con los papeles en mano, el vídeo que estaba en la televisión, me hizo salir corriendo.

Habían violado a Emma, la había violado por mi culpa, mientras salía como loca tirando los papeles, no me di cuenta que Eina venía detrás y en estos momentos no me importaba, sólo quería de vuelta a mi amiga, quería a Emma. 

Escuchaba mi nombre, pero de pronto sentí mi cuerpo volar y después la oscuridad total... 

Cuando desperté estaba en la cabaña con August frente a mi, sin ganas de nada le pedí que dejará libre a mi amiga, accedió con la única condición de que yo me quedará en su lugar, cuando me despedí de Emma, juro que mi corazón se rompió. 

Sabía que ella le diría a Eina donde estaba, estoy segura que habrá reconocido esta casa o eso espero, porque de lo contrario estoy jodida, muy jodida. Las horas pasaban y nadie venía, sólo estaba yo y el constante sonido de pasos. 

La puerta se abrió con su chirrido característico, me asuste un poco, pero al fijarme bien era un pequeño el que habría la puerta, este al verme se sonrojo y me saludo, se escabullo dentro y corrió a donde estaba, se sentó frente a mi y después entendí porque. 

- William, venga vamos... - Ray entra con calma, al verme sólo agacha la mirada y toma al pequeño mientras se marcan, tenían cierto parentesco, apenas se fue el niño vino la tormenta. 

August entro furioso y comenzó a maldecir y golpearme hasta que se canso, mi cuerpo entero sólo recibía los golpes y mis gritos no paraban de sonar. Las lagrimas bajaron lentamente por mis ojos, dolor puro era lo que sentía. 

Hasta que me desmaye, no supe que más paso, no supe absolutamente nada. Sólo volví a dormir, como si nunca hubieran pasado los años, mis huesos sufrieron y mi cuerpo se estremeció del dolor, mientras yo dormía. 

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A la mañana siguiente el niño estaba frente a mi, con él traía un poco de comida, pero al verme bien se alarmo y corrió fuera de la habitación, no entendí porque lo hizo así que me limite a sentarme en el sucio colchón y tomar el zumo de naranja que había. 

Al poco pasos más firmes y rápidos sonaron en eco, la puerta ase abrió de golpe y Ray junto a William me miraron, Ray corrió al baño y volvió con el botiquín, curo mis heridas y el pequeño Will me alimento y me dio la medicina. 

- ¿Por que, Raymond...? - le susurro cuando William baja a dejar las cosas en la cocina, el sólo niega un poco. - ¿Que te hice...?

- Tu nada, de hecho de cierta forma te tome cariño, tu padre es el que nos hizo esto... - lo miro horrorizada mientras el pequeño Will vuelve, le dice algo al oído y ambos salen como un rayo, dejándome ahí

Pasan de nuevo las horas y creo que si mis cuentas no van mal esta por caer la noche, de nuevo pisadas fuertes se escuchan y veo a August, me mira con rabia. Esto no me gusta nada, absolutamente nada, me da miedo. 

- ¡Por tu maldita culpa me están buscando de nuevo! - un golpe impacta en mi pómulo izquierdo, suelto un quejido lastimero. - Debiste quedarte callada, nunca debiste conocer a ese hijo de puta, ¡Tu eres mía! - otro golpe. 

Maldita sea, esto no debió pasar, Emma no debió estar ese día en esa plaza, ni yo debí salir corriendo de casa, ni Eina debió ocultármelo, ni nadie debió hacer nada de lo que hicimos. Mientras los golpes siguen y siguen siento mi cuerpo ligero. 

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No se que día es, no se que me paso, no se porque me duele la cabeza y mucho menos se porque tengo una venda y mi mano tiene otra, mi pierna, mi estomago, casi todo mi cuerpo tiene vendajes. Parezco una momia.

- Ya despertó, Ray... - miro a mi izquierda y me encuentro unos ojitos café asustados, le regalo una media sonrisa, ya que me duele el labio y me intento sentar en el colchón en el que estoy. 

- ¿Que ha pasado, Ray...? - mi voz sale de cierta forma con más fuerza de la que pudiera tener, miro todo a mi alrededor y sigo en la maldita cabaña, suspiro con pesadez y algunas lagrimas bajan por mi rostro. 

- Will, ve a abajo y marca el número que esta en mi móvil, ya sabes cual... - el pequeño corre escaleras abajo y escucho un suspiro salir de los labios de Ray. - Traeré a tu novio y te van a sacar de aquí, por favor, te lo suplico, Luna. Sólo cuida de Will, él no tiene la culpa de nada, ambos fuimos tratados como el infierno, sólo dale una vida feliz... 

Me quedo sin palabras, todas las emociones se conectan en mi cuerpo y me hacen llorar, llorar con fuerza, mientras escucho como marca, la puerta se cierra de golpe y aparece Will, pálido y temblando, le indico que venga conmigo y Ray nos adentra al baño. 

La puerta se vuelve a abrir  de golpe y escuchamos gritos, golpes y una que otra palabra clave, Will tiene sus manos sobre su boca y esta llorando, intentando no gritar, a lo lejos se pueden escuchar sirenas supongo, la puerta del baño sufre una sacudida.

Al pequeño se le escapa un jadeo de sorpresa y la puerta es abierta, lo pongo detrás de mi mientras observo a August sujetar un arma con fuerza, veo a Ray y esta tirado cerca de la puerta, tiene un gran golpe en su cabeza, pero eso es todo. 

- ¡Eres una zorra! - me grita inmóvil en la puerta. - Eres tan zorra como tu madre, ¡pero claro ahora tu padre quier ver por ti! Tu no iras a ningún lado, ¡tu eres mi hija y te guste o no, vas a venir conmigo! - levanta el arma y me apunta con ella, mi cuerpo se tensa, no me muevo. 

No se que paso primero, lo primero que escuche fue su grito, no entendí lo que dijo, sólo sabía que de mi estomago salia sangre a montones y mi vista se volvía borrosa, después todo se comenzó a poner como en un túnel. 

¿Lo ultimo que vi? Los hermosos ojos de la persona que más he amado en toda mi vida, de la cual nunca me cansaré de decir que amo más que a mi vida, no se si esto sea morir, sólo se que si lo ultimo que veo son sus ojos, puedo irme feliz, porque se que lo ame como nadie...

Y él me amo como nunca...