Mi debilidad

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Puedo recordar exactamente el día en que te conocí, recuerdo tus ágiles dedos moviéndose de arriba para abajo, de un lado para otro sobre esa negra y reluciente guitarra. Y recuerdo también tu mirada, profunda y negra.
Tuve que haberme dado cuenta desde ese momento todo lo que me esperaba contigo, tuve que saber desde ese momento que mi corazón se volvería tan duro y frío como una piedra por tu culpa.
Recuerdo la canción que tocabas, la tengo en mi mente desde entonces, la llevo conmigo en mi celular y cuando la escucho, tus profundos y grandes ojos me vienen a la mente, tus dedos moviéndose con destreza por toda tu guitarra, tu mirada concentrada en todas y cada una de las delicadas cuerdas; siempre ocultando todo.
Ocultas tus sentimientos, ocultas tus expresiones,mocitas tu maldad y la vuelves bondad. Así me enamoré de ti.
Tu sonrisa.
Tu mirada.
Tu porte.
Tuve que darme cuenta que serías mi más grande debilidad en esta tierra, que serías la razón por la cual me encuentro herida, destrozada, vacía.
Pero no lo puedo evitar, te volviste poco a poco en eso que es indispensable en la vida, te volviste casi en el oxígeno que me mantiene viva, te volviste en mi adicción de pensamiento, te volviste en mi debilidad.
Nunca despegaste tu mirada de la guitarra, sólo la tocaste como si tu vida dependiera de ella, ni siquiera te inmutaste de mí presencia.
No fue coincidencia tener amigos en común, por algo te conocí, por algo me aparecí en ese salón de ensayos.
Por mucho tiempo deseé ser yo la guitarra, que me tocaras con delicadeza,maque movieras tus ágiles dedos con destreza por todo mi ser, mi cuerpo y mi alma, que pudieras ocultar tu mirada con la mía, para que sea yo tu debilidad y no tú la mía.
Entendí que te habías vuelto en mi guitarra negra favorita.

No te arrepientas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora