No sé si fue su sonrisa, o su mirada, había algo en él que me encantaba.
-Hola Ana-Barry, uno de muchos amigos que tenía en éxodo me estaba viendo desde hace un par de meses, así es, me refiero a ese "me está echando el ojo".
-Hola Barry-le sonreí, después de todo es mi amigo y lo quiero. Hace unos meses atrás apostamos un café. Si yo quedaba de jefa le compraba uno, pero sino, él me lo compraba a mí.
-¿y mi café?-pregunté sonriendo mientras me ponía las manos en la cintura.
-¿cuál café?-me contestó extrañado.
-No quedé de jefa-Sonreí.
-Ah, felicidades.-Tardó muchos segundos en reaccionar-¿Espera, qué?
-Mi café, me lo debes-Me reí
-Muy bien, aún no sé por qué te debo un café, pero me da lástima que no quedaras, así que te compraré uno ahora mismo-Dijo eso y me tomó del brazo. Salimos de la iglesia para cruzar la calle hasta un Italian Coffee donde por fin me compró mi café.
-Gracias-Le sonreí
-No puedo hacer más, yo quería que tú quedarás.-Hizo pucheros.
-Está bien, Josué lo hará increíble.-le di un sorbo a mi café helado.
-Ana-Lo miré atenta sin despegar mi boca de mi popote. Su mirada era muy seria, sabía que algo no estaba bien.-Creo que me gusta alguien.-No pude evitar sonreír, por fin me había superado, esto era bueno.
-Oye eso está increíble, ¿de quién se trata?-Lo tomé del brazo y lo llevé a una de las mesas.
-No dices nada-Me advirtió y yo negué con la cabeza-Bien, es Carmen.
No podía creerlo, Carmen. Su mejor amiga, una de mis mejores amigas. Carmen era una chica demasiado alta para su edad, iba un grado abajo que yo, pero porque estaba atrasada, teníamos la misma edad. Pero si, era más alta que cualquiera, era delgada, muy bonita, sus facciones muy finas, su cabello claro... ¡Claro que si! Mi amiga era muy hermosa.
Pero había algo que no estaba bien, yo deseaba mucho que Barry se prendiera de una chica para que me dejara en paz, pero ahora ya no seré yo la chica de sus pensamientos, ahora será Carmen.
-Bueno, esto es muy random, no me lo esperaba.-Creo que hice lo más parecido a una sonrisa.
-Lo sé, pero sólo pasó, así. No me había dado cuenta, pero siempre estuvo ahí.-Sonrío casi tan sinceramente como yo con André.
-¿Y le vas a decir?-Inquirí
-No lo sé, acaba de terminar con Hugo, no sería apropiado, además, Hugo es como mi hermano, literalmente somos hermanos de tribu.- Eso era cierto, eran exoditos de la misma tribu, Leví. Lo que los convertía en casi hermanos, por así decirlo.
-Piénsalo bien, Carmen no es cualquier niña, creo que lo sabes.-A pesar de todo, Carmen era también como mi hermana, y si Barry quería a una niña, debía ser ella.
-Lo sé... ¿Celosa?-Me miró.
-¿Cómo? JAJA, no amigo, jamás.-Le sonreí satisfecha, aunque sí, estaba un poquito celosa, creo que era mi ego de mujer.
-Dos negaciones, si estás celosa, pero no te preocupes, todavía estás en mi corazón-Me abrazó. De alguna manera deseaba que lo hiciera.-Pero ahora que tendrás que desenamorarte de mí, ¿de quién te enamorarás?
-Bueno, me gusta alguien...-Pensé en decirle la verdad, que era André, pero no quería que nadie más que mi tribu supiera, es decir, ellos jamás dirían nada a nadie, pero Barry no estoy segura.
-¿Es de éxodo?
-Si
-¿Tribu?
-No te diré...
-Ay por favor Ana, dime.
-Bien...-Definitivamente no le diría que era André. Pensé rápido en alguien que no fuera feo y que se apegara a mis posibilidades, alguien con quien pasara mucho tiempo, alguien con quien ya me han molestado...-Es Carlos, de Aser.
-¿Carlos? No inventes, creí que sólo eran rumores de que te gustaba...
-Bueno, toca increíble la guitarra, y está muy lindo, además paso mucho tiempo con él en coro, claro que me gusta.-Juro que no sé por qué mentí.
-Se ve que también le gustas-Me sonrió.
¿Qué?
-No, cómo crees.
-Bueno, es que a ese niño le gustaba mucho mi ex, se notaba y creo que ahora también se nota contigo.
-Bueno, lo averiguaré-Sonreí más para mí. ¿Será cierto? Bueno, puede que además de André, Carlos también me guste, o quién sabe.
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No te arrepientas.
Teen FictionLo hice de nuevo. Quise pensar que podía volver a confiar en las personas, que la bondad le gana siempre a la maldad, que la felicidad existía, pero nada de esto pasó. No puedes confiar en nadie, ni en tí mismo, lo único que puedes hacer desde ahor...