El comienzo de algo mágico, inolvidable

117 9 0
                                    

Oí un coche, y efectivamente era Carmen, las dos íbamos muy guapas, nos hicimos unas cuantas fotos y se las enviamos al grupo de whassap en el que estamos, cogí el bolso, las llaves, cerré bien la casa, nos metimos en el coche y nos fuimos a cenar, luego a tomarnos unas copas y a divertirnos, llegamos tarde a casa, así que Carmen se que se quedó en casa a dormir, habíamos bebido un poco, digamos que llegamos contentillas, pero eso no nos impidió quedarnos otro rato más despiertas hablando de nuestras cosas, después de dormir poco, la verdad, mi amiga se fue a su casa, yo seguía durmiendo hasta que...entró alguien por la ventana, se sentó a mi lado y me empezó acariciar la cara, noté que me cogian por la cintura y me traía hacia él, era Pablo diciéndome:

-Dormilona, levanta, recuerda que habíamos quedado a las once y son las once menos cuarto.

Abrí los ojos, lo miré y me hice la dormida, Pablo se iba a levantar de la cama, lo traje hasta mí y le dije:

-Sí te duchas conmigo.

¡Qué le dije! me cogió entre sus brazos y me llevó a la ducha, se quitó la ropa y nos duchamos juntos, salimos de la ducha, nos vestimos, rápidamente me cambié, me puse un bikini y un vestido, cogí las cosas, cerré bien la casa, nos metimos en el coche y comenzamos la excursión, durante el camino íbamos escuchando la radio, sonó una de sus canciones, le daba vergüenza oírse en la radio, y yo le dí volumen a la radio y me puse a cantarla, mal, pero la canté, llegamos a una cala preciosa, aparcó el coche, saqué la mochila y nos dirigimos a unas escalinatas de madera que nos llevaba a la cala.

-Pablo,¡esto es precioso! con razón dices que te gusta venir tanto a bañarte por aquí.
-Este lugar me inspira tranquilidad, relajación y de vez cuando a componer,pero ahora estando contigo aquí de tu mano, es mucho mejor.

Dejamos las mochilas en la arena, nos sentamos en la orilla y nos
quedamos por un rato en silencio, abrazados, contemplando el mar, ese rato fue mágico, no ha había nadie sólo el sonido de las olas...

-Quiero hacerte el amor al compás de la marea,te quiero toda para mí.
-Pues a que esperas -le dije yo

Nos despojamos de la ropa, sólo nos quedamos con la ropa de baño y nos metimos al agua, la cosa empezó lenta, suavemente, besos, caricias, luego ya a olla exprés, todo su cuerpo era perfecto, sus brazos, sus manos, sus bellos lunares, todo él me daba ese placer que hacía tiempo no había sentido con nadie más, aquella mañana en esa cala, me hizo completamente suya, tras un buen rato de pasión, salimos del agua, nos secamos el uno al otro.

-¿Tienes hambre Marian? -Una poquilla.
-A partir de hoy,ahora, y de todos los días, quiero que seas mi chica, la que llegó por casualidad a mi vida, para llenarla de paz y tranquilidad, quiero tenerte siempre a mi lado,¿aceptas ser mi chica, mi novia?

Aquellas palabras, esa declaración de amor, me dejó que no supe que responder en ese momento, nos vestimos, comimos las mochilas y nos dirigimos hacia el coche, yo iba en silencio, antes de que nos metieramos al coche, le dí la respuesta:

-Pablo, acepto, quiero ser tuya, tu chica, hasta que te canses de mí.
-No me cansaré de ti nunca.

Me cogió en sus brazos, me besó, nos metimos en el coche, y nos dirigimos hacia el bar de unos amigos de la familia de Pablo, llegamos, aparcamos un poco más alejados, y nos dirigimos cogidos de la mano al bar, yo iba un poco asustada por si había algún fotógrafo cerca, Pablo agarró fuertemente mi mano para relajarme:

-Tranquila amor, no hay nadie que nos pueda molestar.
-Vale, ya estoy más tranquila.

Entramos al bar, Pablo saludó al dueño que ta nos tenía preparada una mesa, nos sentamos, pedimos el menú y una botella de vino para celebrar que era su novia, mi chico me notaba nerviosa y me preguntó:

Vive Tu SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora