Bipolar Love; Mackenzie Ziegler & Carson Lueders

03. El hijo de Óscar.

                  Narra Mackenzie

Lucas se sentó a mi lado, ya había terminado de curar el moretón, en sí, no estaba inflamado, ahora sí podría escaparme y correr lejos de aquí, pero el poco a poco se me iba acercando ¿Nos íbamos a besar? No, Mackenzie Francés Ziegler Gisoni, no gastarás tu primer beso con éste, estaba en un silencio incómodo mientras que él se me acercaba, pero... una voz se escuchó acercarse.

—¿Mackenzie?—volteé a ver, era Óscar.

—¿Óscar?—pregunté alterada.

—¿Se conocen?—Lucas arqueó una ceja confundido.

—Lucas, ve a tu habitación por favor—lo obligó.

—Está bien—Lucas asintió dirigiéndose a su habitación.

—¿Qué hacías aquí?—me preguntó Óscar.

—No fué mi intención—bajé la vista—Yo no sabía que Lucas era su hijo, le prometo que esto no hubiera pasado si lo supiera...

—Kenz, no hay ningún problema con eso, tranquila, eres mi paciente y no le diré a nadie.

—Como sea, no creo acercarme más a él, soy nueva en el salón donde Lucas está, no empezamos con bien pié así que no le veo esperanzas a una amistad—me crucé de brazos.

—Bueno, solo el tiempo lo dirá , ¿Te llevo a tu casa?—preguntó amablemente.

—¿No está algo lejos?—

—Eso no importa—

—Sea como sea, me parece mejor irme sola—me levanté del sofá.

—Ok, hasta luego—dijo.

—Adiós—dije incómoda para luego abrir la puerta y salir de esa casa.

Pienso que ya es algo obvio, que ya todos lo saben, pero... ¿Lo quieren confirmar? Sí, soy una persona bipolar la cual cada tres días debe ir al psicólogo el cual, es el papá de Lucas, mi vida apesta ¿No? Caminé unas cuantas cuadras hasta llegar a una estación de taxis, me senté a esperar uno, ahora agradecía no haber gastado todo el dinero que tenía en mi bolso, estaba tranquilamente sentada hasta que veo un auto estacionarse al frente, bajaron la ventanilla y pude ver a Carson y a Brynn.

—¿Te llevo a tu casa?—preguntó coqueto.

—No, gracias—agité mi cabeza en forma de negación.

—Vamos Kenz—dijo Brynn con una sonrisa algo hipócrita.

—No te dejaré aquí sola—dijo Carson.

—Como sea—dije amargada mientras que entraba al auto.

Me senté en el asiento de atrás, desde que entré había un gran silencio, pasó un rato y Carson dejó a Brynn en su casa. Me pasé al puesto de alante y luego Carson me preguntó:

—¿Dónde vives?—preguntó dando su vista al camino.

—En una casa—respondí con mi típico tono amargado.

—Sólo dime—bufó molesto.

—Ahg, cruza por esta calle, luego a la derecha, después te vas derecho y luego conduces por el camino izquierdo—

—¿Por qué tan molesta?—

—Porque estoy contigo—lo miré fulminante.

—¿No puedo hacer nada bien?—me sonrió con esa hilarante sonrisa.

—Déjame llevarte cuatro ojos—

—Como sea—le dije.

Me cansé de pelear, así que le permití que me dejara en mi casa, pasó el rato y yo le seguí explicando la dirección.
Cuando llegué abrí la puerta del auto para salir, pero el me detuvo diciéndome:

—¡Espera! Debo decirte algo—dijo desesperado.

—¿Y Ahora? ¿Qué quieres?—exclamé fastidiada.

—Si no sé sobre sobre historia para el siguiente mes, reprobaré—dijo preocupado.

—Aja ¿Y?—pregunté incrédula.

—¿Me puedes dar clases de tutoría?—

—Sabía que querías algo—dije victoriosa.

—Por favor—suplicó.

—Okey ¿En tu casa o en la mía?—

—En la tuya ¿Podría ser una vez a la semana?

—Como sea ¿Cuándo iniciamos?—

—¿Mañana temprano?—preguntó.

—Sí, Adiós—cerré bruscamente la puerta del auto sin dejar que Carson se despidiera.

Entré a mi casa, me fuí a la cocina ya que tenía mucha hambre, en el refrigerador me conseguí una nota que decía: 《Hola cielo, me acaban de avisar que tengo una conferencia en Seattle, no regresaré hasta el lunes, cuídate y pórtate bien, Te quiero》Después de leer la nota, era obvio que mamá la escribió, busqué por los estantes y al final decidí en preparar dos sandwich ya que tenía hambre, después de comer, me fuí a mi sótano-habitación, busqué mi teléfono y llamé a Danielle, Bella y Keyla para hacer una pijamada, a cada una las llamé y me coloqué la pijama.

Poco a poco cada una de ellas fué llegando, todas juntas nos fuimos a mi sótano-habitación para hablar.

—Kenz, cuéntanos de tu día—dijo Bella mientras que se tiraba en la cama.

—Yo... —balbuceé un poco para luego sentarme en la  cama.

—¡Habla!—me interrumpió Danielle.

—Está bien—dije sin ánimos mientras que contaba todo.

—Santo cielo— gritó Keyla con una sonrisa.

—No, fue horrible—hablé nerviosa.

—Mackenzie, tienes dieciseis, pronto diecisiete ¿Segura que no te gusta nadie?—preguntó Danielle  con una sonrisa.

—No me gusta nadie ni me gustará alguien—grité molesta.

Así seguimos hablando las chicas y yo, teníamos mucho que contarnos, así que pasamos horas en ese plan.

Luego, cada una agarró su bolsa de dormir y quedamos rendidas al instante.
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LilaHoran13_