Bipolar Love; Mackenzie Ziegler & Carson Lueders

17. Me gusta una chica.

Narra Mackenzie

Luego de dejar en visto a Carson, decidí tirarme en la cama, con el simple objetivo de mirar el techo, hasta que recibí una llamada que era de Jacob, pulsé en la opción contestar y le dije:

—¿Aló?— dije.

—Perdón por llamarte a esta hora— soltó una risa nerviosa— Pero... me da miedo ir a la preparatoria mañana.

—Yo te ayudaré, aunque no lo creas a mi también me da miedo ir, pero eso no importa, estaremos juntos.

—¿Por qué a una chica tan linda y valiente como tú le daría miedo ir a la preparatoria?— halagó.

—Mañana te contaré— avisé.

—Okey, descansa—

—Igual— colgué la llamada.

Caminé un poco hasta el rincón de mi sótano-habitación porque necesitaba un enchufe para cargar mi teléfono, lo dejé y volví a tirarme en mi cama y al rato, pude quedarme dormida.

Se hizo de mañana y me desperté por el ruido de la alarma, no recordaba haberla puesto anoche pero bueno, el punto es que por arte de magia, ésta encendió. Me fuí al baño, tomé una ducha, cepillé mis dientes y me vestí con un polerón rosa manga larga, unos blue jeans y converse negros, dejé mi cabello suelto y bajé las escaleras ya que el baño en el que estaba se encontraba en el piso de arriba; para ahora irme a la cocina.

—Buenos días cielo— dijo mi madre mientras que me servía un vaso de jugo de naranja con un sándwich.

—Hola mamá— me senté en la barra de desayunar.

—Yo puse la alarma justo cuando pasé por tu habitación cuando llegué del trabajo— sacó de la nada el tema.

—Ah, excelente— soné malhumorada.

Terminé de comer, le dejé la comida a Maliboo y partí mi camino para ir a la preparatoria.

Aún era temprano, así que podía hablar con mis amigas que estaban en un curso un año menor que el mío.

Entré por la puerta principal, casilleros, alumnos tomando malteadas, otros con sus teléfonos. Pero lo que más vi con atención fué a mis tres amigas que estaban en la mitad del pasillo saludándose unas con otras.

—Hola chicas— corrí hasta donde estaban.

—¡Kenz! ¿Cómo estás?— escuché por parte de Bella, para luego abrazarme.

—Normal— dije desanimada.

—Hola— saludó Danielle.

—Hey— me dijo Keyla.

—¿Qué me cuentan?— les pregunté.

—Que habrá un club para el anuario escolar— rió Danielle— Y yo sé que tú eres muy buena para eso— Canturreó Danielle, mientras que tocó mi nariz pícaramente con su dedo índice.

—No, no quiero— rechacé la propuesta tímidamente.

—¡Vamos!— exclamó— ¿Qué puede salir mal?— agregó.