Capitulo #9

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"Una fiesta antes de volver"

Narra Eliot

Si hay algo que me desespere más que estar ebrio y no contralar mis malditos impulsos, es el hecho de que Angela salga con uno de los tipos que su padre eligió y eso no es todo, que sea casi las tres de la mañana y ella no haya aparecido --¡¡POR DIOS!! -- odio tener que sentirme así, con esas ganas de agarrar el auto, ir por ella y traérmela.

Aunque si lo pienso bien... no habría problema, de todos modos soy su guardaespaldas, puedo inventar cualquier excusa para que no piense que estoy celoso o algo parecido.

--Bien pensado Eliot--Me levante de la cama, tome mi chaqueta y las lleves del auto

Me dirigí a la puerta, la abrí y para mi sorpresa Angela estaba detrás de ella, con una sonrisa cautivadora. Ella se percato de mi presencia, cuando hice sonar mi garganta.

--Lindas horas de llegar princesa--Curve mi ceja y la mire fijamente

--Por favor Eliot, no me arruines la noche con tus tonterías--Me miro de reojo y entro-- ¿A dónde vas?

Mierda, ahora no sabía que decir, probablemente si fuese ido a buscarla, a no sé donde, se me fuese ocurrido una buena excusa, pero resulta que estuvo detrás de la puerta y lo que le iba a decir seguramente no se lo crea, me tome por celoso... y se dé cuenta que me gusta --Como me odio en estos momentos--

--Lo que pasa es que se me quedo algo en el carro e iba a buscarlo

Bien pensado.

--Ah... está bien--Se dirigió a la cocina y se marcho

Cerré la puerta detrás de mí, me quede afuera un tiempo, para no levantar sospechas de Angela.

Me siento como un perfecto estúpido, celopata y todas las horribles palabras que me puedan describir en este preciso momento. Espere el tiempo necesario y luego entre, ella aun estaba despierta, se comía una manzana y su mirada estaba fija en la pared, ella sonreía de manera tierna.

No sabía que le pasaba, la verdad tenía un poco de intriga por saber que paso en su cita, aunque juzgando por su cara de felicidad y la manera como mira y come aquella manzana, da mucho que pensar.

Deje las llaves del auto en la mesa, entre a la cocina, me servir un vaso de agua y luego me dirigí a donde ella se encontraba, me senté a su lado, tratando de captar su atención, pero por lo visto, ni el ruido de la silla al abrirse la hizo despertar.

- ¿Paso algo en especial? --Tome un sorbo de agua

¿Ella me estaba ignorando? O de verdad estaba tan concentrada en la pared blanca... en serio que no soporto la intriga.

-- ¡hey! --Exclame

Ella despertó, cerro y abrió sus ojos como tres veces y luego me miro, su sonrisa se desvaneció y me miro de manera muy fría, ahora estoy comenzando a darme cuenta de cuando las personas dicen "si las mirada mataran, seguramente ya estaría muerto" pues eso me acaba de ocurrir.

-- ¿Todavía despierto? --Pregunto-- ¿Por qué no te vas a dormir? Seguramente todavía tienes el vino encima

--Eso debería de preguntarlo yo--Lance una de mis miradas--Supongo que fue muy buena la noche, ya que no dejas de sonreír

Ella sonrió, como si se fuese acordado de algo, dejo la mitad de su manzana sobre la mesa, y luego se fue, cerró la puerta y me dejo solo, con dudas y muy molesto.

Tome la manzana, la mire un poco y cuando sentí mi furia azotar más mis pensamientos, la lance al cesto de basura, entre a mi habitación y me arroje a la cama.

Jugando a CasarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora