Capitulo #19

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"Es mía"

Narra Eliot

Era de esperarse que algún día descubriera mi identidad, también de que supiera porque lo hice, aunque muchas cosas hayan pasado desde que decidí cambiar mi nombre, pintar mi cabello y llevar horas en el gimnasio solo para verme diferente; aunque el tiempo que he estado pasando a su lado me ayudase a comprender tantas cosas que pensé que había olvidado, como el momento de su partida y que había desechado en aquella papelera del desamor. Aun así hoy brotan como fuegos artificiales en mi cabeza, nublando cualquier pensamiento racional que me ayudase a seguir con mi plan original –– Aunque lo haya descubierto–– que ese pequeño tropiezo no era más que solo eso, que lo podría ocultar, así como he venido haciendo todo este tiempo, sin embargo ahora dudo, dudo de tantas cosas, mientras las células de mi cerebro tratan de ponerse de acuerdo.

Camino por el jardín de atrás mientras pienso en mis pos y mis contras; algo a favor seria que podría vengarme todo el sufrimiento que me causo, cuando se fue y cuando jugo de una manera tan malvada conmigo, cuando no me dijo que se iría y rompió en pedazos mi alma, ya que ni siquiera la oportunidad de confesarme me la brindo. Y en contra, tendría el hecho de que puede que otra vez este enamorado de ella, cosa que ni siquiera quiero pensar, porque estaría cayendo en lo mismo de nuevo y ahora con este tema del dichoso juego, es donde más saldría herido, es donde se que mi corazón está en su cuerda floja junto con tres más y sé que es imposible que logre llegar a la meta con aquellos tres a solo un paso de pisarla, es imposible para mi ganarme su amor, siempre lo fue, ella siempre me vio como un amigo y no como algo más.

El sol estaba tan resplandeciente, que sentía sus rayos atravesar mi ropa y quemar mi espalda con intensidad, lo que hizo que me refugiara debajo de la sombra de un gran árbol de manzana. Me senté, apoye mi cabeza a su tronco y comencé a pensar en aquellos momentos en lo que era tan feliz y ni siquiera lo sabía. Como el día en que por primera vez vi la sonrisa de Angela. Cuando la ayude con aquellas chicas que la estaban molestando; recuerdo siempre haberla admirado.

––Recuerdo cuando te vi por primera vez––Le dije al vacio mientras le regalaba una pequeña sonrisa

La primera vez que la vi recuerdo tener catorce años, mucho antes de defenderla en la escuela; era invierno, las calles de San Francisco estaban hasta el tope de la cantidad de nieve que la cubría, yo iba camino a mi casa, había terminado de jugar futbol con mis compañeros de clase, cuando pase por la gran mansión Villa Real, de pronto vi a una pequeña niña cerca a la reja negra, ella jugaba con la nieve creaba un muñeco con la misma; sonreía tan deslumbrante que capto de inmediato mi atención, ella llevaba un abrigo de color rosado, tenía un gorro del mismo color y su cabello dorado largo caía en cascada por toda su pequeña espalda.

No quería moverme, solo la miraba jugar, cuando un cachorro se le acerco y ella se alegro y lo cargo, el cachorro movía su colita mientras lamia cada parte de su rostro, su sonrisa se hacía cada vez más grande y más hermosa. Luego comenzaron a llamarla y la figura de su padre apareció, sin duda la pequeña tenia a quien parecerse. Desde ese día, me gusto y desde ese entonces siempre la veía en la escuela, cuando caminaba por los pasillos con sus amigas, cuando comía y hasta cuando jugaba, era algo extraño ya que yo soy mucho mayor que ella, pero aun así ella causaba algo en mí.

–– ¿Estás bien?

La voz de Adam me levanto de mis pensamientos.

Tambalee un poco mi cabeza para fijarme en Adam quien ahora se había sentado a mi lado.

––Claro––sonreí–– ¿Por qué no lo estaría?

–– ¿Cuánto tiempo llevo conociéndote Eliot?

Jugando a CasarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora