La tragedia que nos volvio a juntar

La Lluvia y sus Consecuencias

Naruto ya había dejado su departamento e iba camino a la comisaria, tratando de convencerse de que dejar partir a Shion era lo correcto y seguir con el caso era lo que él tenía que hacer, no había otro, si había alguien que debía sacrificarse era el, no fue en vehículo, decidió caminar, miro hacia el cielo y vio como este se cubría de nubes negras, siguió caminando y llego al cementerio, hace mucho que no venia, desde que volvió de Konoha, no había vuelto a ir al cementerio, le dolía ya que allí estaban sus padres, no supo por qué pero entro, camino por los solitarios y silenciosos pasillos de aquel lúgubre y triste cementerio, sabía perfectamente donde estaban sus padres, había venido tantas veces de pequeño que el camino se había grabado en su cabeza, antes de llegar a la tumba de sus padres debía pasar por el mausoleo de los pequeños niños que allí descansaban eternamente, y otra vez sin saber por qué, se desvió y algo lo hizo ir a la tumba de la pequeña hija de Hinata, Hanabi, ¿qué coincidencia? ¿No? Estar en el mismo cementerio de sus padres, la hija de la mujer que ama, pero con otro hombre, se dirigió no sabía dónde estaba aquella tumba, pero quizás estaría en el Panteón de los Uchiha, así que se dirigió hacia él, algunas gotas comenzaron a caer, haciendo aún más triste el ambiente de aquel ya triste lugar, camino lentamente, hasta que la vio...

-¿Hi...Hi...Hinata? ¿Eres tú?- dijo otra vez olvidando todo

-Na...Naruto-Ku...Kun?- dijo aquella hermosa mujer viéndolo a los ojos con tristeza.

Ambos dijeron al verse, sin tomar en cuenta la diferencia de posiciones sociales entre ellos, sin la "barrera" que había entre ellos, así eran las cosas cuando ellos estaban solos, no existía nada mas en el mundo que ellos, era una especie de burbuja que había para ellos, el mundo les daba pocas oportunidades de verse, siempre tristes reencuentros, pero al menos los tenían, y aunque ellos no quisieran reconocerlo, los aprovechaban al máximo, ambos se volvieron a examinar como la primera vez, vieron su cansancio y pena, se vieron unos minutos, cuando esta vez el clima era quien interrumpía su momento ya que de las gotas pasaron a una lluvia bastante fuerte, el comisario fue quien decidió romper el silencio diciendo:

-No... podemos quedarnos... aquí... Hinata... debemos ir bajo techo- dijo a modo de orden el comisario tratando de mantener la compostura, ya que volvía a ver a esa Hinata dulce pero inocentemente sexy, y el agua solo aumentaba esa sensualidad, ya que vestía una simple blusa y su brazier se marcaban.

-si... Nar...Naruto-Kun- dijo viéndolo un poco más atractivo, ya que la lluvia hacia que su cabello se alborotara un poco mas y su aspecto varonil lo hacían casi irresistible para la nívea muchacha.

Iban caminando buscando un refugio en aquel lúgubre cementerio, ambos se sentían morir, con el silencio sepulcral que se formaba cada vez que se veían, además eran jóvenes aun y sus hormonas los traicionaban, se imaginaban cosas que quizás si la situación fuera diferente, las cumplirían a cabalidad.

-¡Dios! ¿es que cada vez que la vea me hará este efecto? Solo quiero besarla, y abrazarla, hasta que acabe el mundo, ¡por dios Hinata! Me tienes hechizado...pero ella ama a Sasuke, tuvieron una hija, son un matrimonio feliz, quizás si tan solo no fueran matrimonio si Hinata hubiera estado "libre" yo... yo... la ¿hubiera reconquistado? ¿la sigo amando? Pues por supuesto, casi la beso en la mansión Hyuga además estoy nervioso como antes, me sudan las manos y me vuelve loco ese leve pero sensual jadeo... dios... Hinata... ¿será posible que tu aun sientas algo por mi?- se atormentaba el comisario pensando y manteniendo la vista fija al frente ya que si se sentía así solo mirándola de reojo, no quería saber qué haría si la miraba fijo o quizás si quería, pero solo se negaba ante eso.

Hinata solo caminaba al lado de Naruto, volvía asentir su aroma varonil, hacia frio, y podía sentir la calidez del cuerpo del comisario, quería tomarlo del brazo y no soltarlo jamás, pero se vería mal, pero... ¿realmente eso importaba ya a estas alturas? Se lo pregunto seriamente, ya no tenia a su hija junto a ella, el matrimonio con Sasuke era un fiasco, siempre lo fue, dormían en piezas diferentes, conectadas por una puerta, solo se daban besos por compromiso, los labios del azabache eran fríos y ásperos, no como los de su rubio, cálidos y suaves, por un minuto ella pensó: -¿Qué pasaría si beso ahora a Naruto-kun? ¿Volvería a sentir lo mismo que antes? ¿El me rechazaría? Le hice mucho daño, claro que me rechazaría, solo porque fui una cobarde, debí irme junto con el a los Estados Unidos, debí apoyarlo quedarme junto con él, ni merezco que me este ayudando... pero el no me esta ayudando, solo busca a Orochimaru, es decir, lo que sucedió en la mansión, ¿que fue eso? Solo un espejismo, nos íbamos a besar, y ahora voy junto con él, buscando refugio para la lluvia, ¡es que acaso el destino quiere a Naruto-kun a mi lado?- al igual que al comisario los pensamientos la atormentaban.