*27*

129 11 1
                                    






Se arrepintió tanto que lloró. Lloró después de casi 4 minutos mirando sus ojos. Eran marrones igual que a los de todo el mundo, pero su mirada estaba perdida...siempre estaba perdida. Al parpadear era como un tipo de ciencia. Las personas cuando parpadean, mayormente tú no te das cuenta de ello, pero lo hacen, y Calum no tenía alguna expresión en su mirar. Era como si la hubiese perdido. Y ella lloraba y Calum sólo la escuchaba. No entendía porque ella lo hacía.

Fue mala idea dejarla ver sus ojos. Tal vez ella lloraba por pena, pensaba Calum. Así que no hizo nada al respecto, solo estuvo ahí sentado a su lado sintiendo las manos de ella acariciar sus mejillas mientras susurraba cosas inentendibles.

- Alana porfavor...para - trató de detener sus manos pero ella lo abrazó al instante.

- Lo siento...lo siento tanto... - dijo en voz baja.

Calum se estremeció y quedó tieso al sentir el aire chocar en su cuello. Y por primera vez le correspondió el abrazo. No sabía cuánto lo necesitaba hasta que con sus brazos fuertes apretó a Alana más a su cuerpo. Las lágrimas de ella se secaban poco a poco pero ya un charco se encontraba en la camisa de él. Y después de unos largos minutos, al fin se separan y Alana se da cuenta en la posición en la que estan ahora.

Sus mejillas se tornan rojas de enojo por ser tan estúpida y las otras por sentir las manos de Calum alrededor de ella. Cruzada de piernas con él, en el sillón. Pero Calum parecía no dares cuenta, o tal vez sabía fingir muy bien el no tener vergüenza.

- ¿Porqué llorabas? -

- Por nada - mintió.

- Alana -

- Calum... -

Un ruido se escuchaba en la cocina y ese era el horno avisando que ya el bizcocho estaba listo.

Cala cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora