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Todo pasó tan rápido.











- ¿Puedes pasarme el vaso de agua? -

Alana asintió rápidamente dispuesta a hacer todo lo que pueda para ayudar. Calum estaba en unos momentos super delicados y apenas podía caminar. Nada pasaba con su cuerpo, sino su cabeza que le enviaba señales falsas y dolores instantáneos.

Al poner el vaso de agua en su mano, Calum aguantó firmemente la de ella. No quería soltarla. Tenía mucho miedo. Miedo a no poder sentirla jamás.

- Déjame ir Calum - la verdad es que no quería que la soltara.

- De acuerdo, lo siento - bajó su cabeza en señal de vergüenza.


Era un día soleado, las aves volaban en todas partes, y los cantos se escuchaban en rincones pequeños. Pero ese lugar no estaba lleno de luz. Sino de tristeza y dolor. Algo que nunca se había sentido tan fuerte como ahora.

- Cal...tengo que regresar al trabajo. ¿Estarás bien? -

Jugaba con sus dedos esperando a que Calum dijera que no. Que quería que se quedara con ella para ella no ser la desesperada por estar con él.

- Está bien Alana, aunque... - se quedó callado unos segundos y Alana lo miraba impaciente.

- Nada. Olvídalo -

Le dolía el verlo en su cama medio arropado con sábanas. A Calum le daba vergüenza que ella lo viera en este estado, pero no le importa tanto porque ella está aquí. Aquí con él. Y su compañía era más que suficiente para estar feliz.

- Me puedo quedar si quieres... - decía Alana mientras alzaba los hombros.

- No quiero que pierdas tu trabajo por mi culpa. Deberías irte ya, es tarde -

- Creo que es muy tarde para eso -sonrió- Perdí mi trabajo esta mañana -

Calum giró la cabeza y negó. Era su culpa. No debió de decirle a Maura que la llamara. Ahora se sentía mal.

- Lo siento tanto Alana, sé cómo te empeñabas en estar allí siempre -

- No lo estés. Prefiero estar aquí contigo la verdad - sus mejillas se tornaron rojas.

Al verlo a él, también las tenía rojas y eso le dio algo de ternura. Era obvio la atracción que ambos sentían el uno al otro. Pero había algo que no los dejaba hablar.

- Prométeme que nunca me dejarás solo -

- Calum. Cierra la boca. Jamás te dejaría solo -



Entonces sonrío como un idiota. Eso era todo lo que quería escuchar. Todo

Cala cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora