- ¿Qué rayos tienes en la cabeza Calum? Soy una mierda de persona. Lo que hice fue imperdonable, aún si sus padres fueron peores, no me hace menos. Lucas no merecía nada de lo que le pasaba... -Era una situación muy complicada y lo mejor que se podía hacer era callar. El silencio aveces puede ser la respuesta a lo que no tiene alguna.
- Entiendo pero...él no merecía hacerse daño tampoco -
Alana lo miró un poco confundida. Sorbió su nariz y miró sus manos para luego jugar con sus dedos.
- No fue tu culpa Alana, debes entender eso -
Trató de buscar las manos de ella, creyendo que estaban en el sillón, y Alana miraba sus manos. Hasta que entendió y las puso encima de las de él.
- Fuiste la mejor madre que Lucas jamás haya tenido -
Ella sonrió pero aún así se sentía como un monstruo. Tenía lastima, vergüenza y pena.
- Estás mal -
- No lo estoy, créeme -
- Una madre no abandona sus hijos -
- Tú no eras su madre, y no lo abandonaste. Lo recogistes y le diste algo de ti ... un hogar -
Alana negó. Él era muy inteligente o muy filósofo para entender lo que pasaba. Aunque por muy cierto lo que decía, ella no quería admitirlo. Lo único que quería era a Lucas de vuelta ya. ¿Era mucho pedir eso? Si Alana, sí lo es.
[...]
Dos semanas despúes...
La casa era un desastre, y todavía habían pedazos de vidrios en el suelo. Ella no los quería recoger. Ese era su único recuerdo de Lucas. Los vidrios...cuando restralló el télefono contra el piso. No quería tocar o sacar las cosas que tenían que ver con él. Absolutamente nada, llegando al punto de ni siquiera sentarse en el sillón, donde una vez él tuvo que dormir las primeras noches. No dejaba a Calum entrar por vergüenza. Vergüenza a que viera en la persona demente en la que se estaba convirtiendo. Que la viera y se diera cuenta que no podía seguir adelante, con rencor de ella misma.
Con lentitud y ojeras en su rostro, caminó a la ducha y prepararse a ir a trabajar. Estuvo apunto de renunciar pero debe dos meses de renta y no quiere terminar en la calle. Aunque eso a ella no le importa, pero la idea de que otras personas vivan donde alguna vez Lucas puso un pie le da nauseas.
De camino al local, cerca del parque. Y como de costumbre busca a Calum con la mirada y allí estaba él. Frunció el seño al verlo sonriendo solo, eso era raro. Y no porque esté riendo sólo, sino porque él nunca estaba feliz allí.
Abrió el pequeño portón ya lleno de moh, y se acercó a la banca.
- Hola Alana - trató de alcanzar la mano de ella y Alana la puso encima.
- ¿Cómo sabes que soy yo? - por instinto sonrió. Tener un amigo no era tan malo despúes de todo.
- Tienes un perfume único -
Las mejillas de ella estaban algo coloradas y agradecía que Calumm fuera ciego, aunque sea algo malo de pensar.
- ¿ Acaso dices que huelo mal? - la verdad esperaba que fuera eso.
Calum negó y lanzó una carcajada. Oh Dios...Alana quería escuchar más de esas.
- Eres única Alana, y eso me agrada -
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Cala cth
FanfictionCalum. Un hombre serio y ciego. Alana. Una mujer infeliz y sonriente. ×NO COPIA× No se acepta ningún tipo de plagio. @iammrhes