Capitulo 24: Que maravilloso error

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(7 de junio)

(Pablo)

Sé que es un error, pero tengo la necesidad de hacerlo, últimamente me dejo llevar demasiado por mis instintos cuando en general soy una persona más pensante. Paula siempre tuvo ese efecto en mí, tengo que empezar a controlarlo, pero evidentemente no será hoy. Me siento como un adolescente escabulléndose de la casa, nadie me escuchó salir, quizás porque es casi la 1 de la mañana. Pero necesito estar con ella aunque sean unos pocos minutos, una necesidad que pensé que había superado, pero aquí estoy, necesito sus ojos, su sonrisa, y después del concierto del sábado, no volví a verla, el tiempo que estuve en casa ella no fue, todavía me intriga saber que estuvo haciendo, y luego ella llegó cuando yo ya no estaba. Ahora estoy en el auto en la puerta del hotel, escribiéndole un mensaje y deseando verla aunque sea unos minutos antes de que tengamos que volver a Madrid, siempre estuvimos más tranquilos y relajados en Málaga.

Estoy en la puerta del hotel, acompáñame a dar
una vuelta, quiero pasear por la ciudad antes de tener que volver a Madrid.

Enseguida recibo mi respuesta, por supuesto que no estaba descansando, sigue con insomnio, quizás un paseo por la playa le sirva a ella también.

¡Estás loco! Mirá la hora que es.
Volvé a tu casa a dormir Pablo.

La verdad es que ambos sabemos que se queja en vano, porque estoy seguro que para este momento ya se está preparando para bajar.

No puedo dormir y tú tampoco.
Un paseo nos hará bien, solo será un rato.

Le agrego una carita triste y sonrío sabiendo que también gané esta batalla.

Sos de lo peor. Dame 5 minutos.

No espero demasiado y ya la veo salir, con vaqueros, zapatillas y una camisa demasiado suelta, sin marcar nada de su figura, conociéndola sé que lo hace para que no se marque nada de su cuerpo, y nadie note el peso que ha perdido. Aun así, tan distinta a lo que solía ser, aun vestida de esa forma, logra despertar cada nervio de mi cuerpo, me quita la respiración, ojalá pudiera quitarme todas estas sensaciones para de verdad poder ser su amigo como intento serlo. Ni bien me ve se acerca y se sienta a mi lado, me sonríe y su perfume inunda el auto, respiro profundamente inhalando su esencia, intentando que sea suficiente pero muy consciente de que jamás lo será, jamás porque siempre mi cuerpo parece necesitarla más allá de toda lógica.

- ¿y bien Señor Pablo Alboran dónde vamos?

- ¿Alboran?

- Si, estos caprichos a cualquier hora son de Pablo Alboran.

- Yo creo que estos caprichos son porque necesito más que nunca ser Pablo Moreno.

- Entonces Pablo Moreno... vamos a volvernos locos.

Solo le sonrío, porque si de verdad tomara su frase literalmente, si me permitiera volverme loco definitivamente no iría a ningún lado y solo volveríamos a entrar a ese hotel, pero estoy seguro que eso no entra en sus planes. Suspiro profundamente intentando calmar las ansias crecientes en el centro de mi estómago.

- A la playa entonces.

En el camino hacia la playa no hablamos mucho, ella cambia la música del reproductor y busca la música con más ritmo, su cuerpo se mueve en el asiento y no me está haciendo esto nada fácil. Sentirla, verla, su calor, su presencia, su perfume... todo me altera... ¿Qué me está pasando? Quizás llevo demasiado tiempo sin estar con una mujer ¡Joder Pablo! ¡Contrólate!

TERRAL - Detrás de la música -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora