Capitulo 67: Impulsos

696 31 33
                                    

(Paula)

- Cásate conmigo... quiero el para siempre... cásate conmigo.

Retrocedo, incapaz de entender porque me está diciendo esto, porque ahora. Lo miro intentando ver en sus ojos que es una broma, pero no lo es... su mirada es profunda y seria, espera... espera una respuesta que no soy capaz de dar, porque en mi hay un debate interno que no me deja respirar ni pensar con claridad. Con sus manos en mis brazos, con sus ojos y con su calor cerca mío el SI quiere escaparse de mi boca y de mi corazón... claro que quiero esto, es mi sueño desde el día que lo conocí...

Me alejo, su mirada me altera, porque intento ver más allá, intento ver porque me está diciendo esto, que lo motiva y parece mortificado. Esto es una locura, una gran locura, no está meditando nada de esto, no está pensando todo lo que cambiaría para nosotros, como afectaría su carrera... no está pensando, como siempre.

- Tiene que ser una broma.

Camino hasta los sillones, incapaz de entender mis movimientos, solo sé que no puedo seguir ante su mirada, porque una vez que responda lo que mi corazón exige ya no habrá vuelta atrás y eso no puede pasar. Intento tomar mi bolso del sofá y me toma del brazo demasiado fuerte y me atrae hacia él, mi cuerpo queda pegado al suyo, me toma con tanta insistencia que ni siquiera tengo la opción de moverme. Me mira demasiado cerca y en un segundo su boca ya se está moviendo sobre la mía, toma ahora mis mejillas acercándome más a él, abre su boca dejando que nuestras salivas y nuestras lenguas se mezclen en un juego que está lejos de ser dulce, es un beso cargado de angustia, de confusión, de dolor... no quiero que se sienta así, no quiero sentirme así... pero simplemente no sé qué hacer, no sé cómo actuar... y con el así no puedo ni pensar.

Aleja su boca de la mía, mantiene su frente junto a la mía, nuestros labios húmedos, me arden, me arden por el brusco roce con su barba, pero no me molesta, es solo un rastro más de todo lo que me provoca, nuestros ojos se mantienen cerrados y siento su aliento cálido golpear mi rostro... duele, todo este contacto duele y aun no entiendo por qué.

- Paula... no amamos, somos grandes, no dependemos de nadie más que de nosotros mismos, hemos pasado por muchas cosas y queremos estar juntos.

Vuelve a besarme, con un roce más corto, pero que sigue moviendo todo en mi interior.

- Cásate conmigo Paula.

¡Dios porque me está haciendo esto! Abro los ojos para encontrarme con los suyos, con una mirada profunda y expectante... está esperando. Lo amo... lo amo tanto que llegué a pensar que estoy completamente loca, quizás lo estoy. Pero lo amo con un amor que me llena, me hace feliz y me duele. Hemos pasado tanto que no dudo de lo que siento, no lo dudo y tampoco dudo de que él me ame, son las únicas certezas entre nosotros.

Compartir mi vida con él, cada día, dormir y despertar a su lado, ser su esposa y unirme a él quizás de la única forma que falta. Pienso en su familia, que también es la mía ya, pienso en un futuro que resulta tan bello, con pequeños rubios e inquietos desordenando mi vida como él lo hace. ¡Quiero! ¡Quiero! ¡Por supuesto que quiero casarme con él! Nada quiero más en esta vida. Suspiro profundamente, perdiéndome en sus ojos, intentando salir de esta nube en la que él me envuelve siempre... tengo que contestar.

- No.

La palabra sale casi como una sentencia para él y para mi interior. Porque mi corazón repite con SI que es tan fuerte que podría fácilmente ocultar mi voz que sale de mi casi como un susurro, sus ojos se llenan de dolor, pero tengo que ser realista, esto es una locura... casarnos ni siquiera es una posibilidad para nosotros ahora.

TERRAL - Detrás de la música -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora