Hay historias profundas, complicadas, fuertes, que nunca acaban de finalizar... porque mientras la vida continúe, mientras los corazones sigan latiendo, siempre todo sigue. ¿Volver? ¿Volver por el camino que nos hizo felices? ¿Volver por esos camino...
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(10 de agosto)
(Pablo)
Golpeando la puerta de la casa ahora me siento la persona más estúpida del planeta, pero necesito verla, lo necesito más que nada en este momento. Pensé que iba a ser lo suficientemente fuerte para mantenerme alejado de ella, aunque sea unos días para aclarar mis sentimientos, pero fue imposible, acá estoy de nuevo. Y sé que tiene todo el derecho de enojarse, la noche de ayer, después de su fiesta de cumpleaños podríamos haberla terminado solos, pero mi estupidez terminó ganándome, me enojé con ella porque se negó a acompañarme a la cena benéfica de hoy, arruiné nuestra noche, me encapriché como un crío, pero acepto que al final solo fue una excusa para escapar, escapar de mis sentimientos y de mis miedos, escapar de su mirada que siempre logra descubrir todo lo que me pasa. Pero no puedo volver a viajar sin estar con ella y arreglar las cosas, no puedo irme de nuevo sin hablar con ella la posibilidad de que esté embarazada ¿de verdad piensa dejarme de nuevo fuera de esto?
Me abre la puerta y ni siquiera sé cómo reaccionar, como es costumbre me deja sin palabras, me mira unos segundos en los que parece dudar si dejarme pasar o cerrarme la puerta en la nariz, finalmente me da espacio y yo entro sin decir nada, cierro la puerta detrás de mí y la observo. Lleva una camiseta y unos pantalones cortos, su pelo desordenado, quizás ya estaba acostada, cruza sus brazos sobre el pecho con expresión de enojo... no hay nada que pueda decir para justificarme.
- Mi camiseta te queda mucho mejor.
- No quería nada que tuviera que ver con vos.
Su comentario me sorprende, porque además su expresión no es de completo enojo, parece irónico, no puedo evitar sonreír.
- Yo soy un idiota, la camiseta no tiene la culpa.
- Estoy de acuerdo. Sos un idiota, pero eso no es una novedad. ¿viniste para decir eso?
- Vine a pedir misericordia.
- No te la mereces.
- Lo siento mucho Paula, arruiné tu cumpleaños y no tengo perdón.
- No solo mi cumpleaños, arruinaste uno de los pocos momentos que tenemos para estar juntos, sos un verdadero idiota. Es mejor que te vayas.
Intenta alejarse de mi pero cuando me da la espalda, la tomo de la cintura y la detengo acercándola a mi cuerpo, su perfume me golpea como un latigazo de realidad... la cruda realidad de que no puedo mantenerme alejado de ella aunque me gustaría poder hacerlo. La abrazo por la cintura y ella se deja, paso mi nariz por su pelo, absorbiendo su esencia, ella acaricia mis manos en su vientre y mueve su cabeza dándome el camino perfecto para llegar a su cuello, lo beso repetidamente y ella ríe por las cosquillas... de verdad no estaba tan enojada.
