Resulta ser que te confundí con el amor de mi vida, y no me arrepiento de ello. Juraba que eras tu el dueño de la sombra que en mis sueños estaba, cantaba sobre el amor y te veía a ti en cada canción. Rimaba amor con dolor y bang, aparecía tu nombre en la oración. Pero un día me vi sin ti, y de pronto, vi al amor de mi vida, al que siempre anhele, lo vi y cuando me miro supo que había llegado el momento de venir por mi. Te deje dos notas de amor (con despedida) y una amarga risa fue tu respuesta dos días después cuando iba de la mano con él.