Nunca sentí mas dolor que aquel día cuando después de un largo silencio te confesé que me gustaba escribir. Que anhelaba que todos suspiraran con mis historias. Me preguntaste si alguna vez escribí sobre ti. Solo calle. Me daba pena admitir que las veces que hablo de ti es para pedirte perdón por seguir fantaseando con su sabor. Y una vez mas, aquí, en la oscuridad. Lo siento, quisiera darte todo aquello que anhelas, quisiera ser la mejor mujer para ti, pero no lo soy, nunca lo seré, lo siento mucho.
