Escribo mirando al cielo con la esperanza de que quizás me leas, escribo mientras lloro para que por fin me creas y puedas darte cuenta de que en realidad te extraño. frío, silencioso, vació, dolor; así ha estado tu habitación desde que ya no estas, desde que tu voz no se escucha cuando llego a casa, desde que enviaron aquel trágico mensaje que anunciaba tu despedida. Mamá ya no es como antes, todos buscan excusas para no venir aquí, a veces te mencionan y ellos no se dan cuenta de lo vacía que me siento desde que te vi partir. Dile a Dios que no le guardo rencor, que estoy feliz de que estés ahora con el amor de tu vida, que por cierto dale un beso de mi parte también y dile que fue el mejor hombre que he conocido. Dile también pues, que cada día me acuerdo de el, de ti, de los momentos que compartimos, también dile que espero verlo otra vez, que anhelo que me ponga sobrenombres. Y para ti, sabes muy bien lo que te podría decir, a pesar de que me dejaste sola nunca te olvidare, nunca los olvidare.
Para ti, que estas allá arriba y que espero estés orgullosa de mi.