8. La seda y el metal

7.9K 361 7
                                    

-¡Acción! - Gritó Eduardo.
Justin se colocó en mi entrada y la introdujo lentamente. Nunca había fingido un orgasmo, ni placer, ni un beso, nunca había hecho nada igual. Aunque siendo sincera estaba disfrutando de lo que Justin ofrecía.

-Eres como navegar en un mar de seda...- Susurró él seductoramente. Estaba alucinando con el tamaño y el placer que estaba sintiendo. No sentía fuerzas para hablar porque el aire se agrupo en mi garganta impidiéndome siquiera pensar.

-¡Corte! - Gritó Eduardo. Justin salió de mi haciendo que volviera a la realidad, aún un poco ida. -¡Sigue la conversación!

Asentí con la cabeza sin terminar de comprender quien era o que hacia allí. - A eso iba...- Susurré mirando a Justin con su sonrisa arrogante.

-¿Es qué te gusta? - Preguntó mientras me volvía a cargar para colocarme en mejor posición.

-Solo cierra la maldita boca y avísame cuando tenga que decir mi parte...- Le dije.

-¡Acción! - Volvió a gritar Eduardo. 

Justin se colocó en mi entrada y empujó. - -Eres como navegar en un mar de seda...- Susurró.Tocó mi espalda avisándome de que era mi turno.

-Y tu eres mejor que un consolador...

-¿Sí?

-Sí y lo sabes. - Jadee mientras Justin comenzaba con los movimientos más rápido.

-Necesito que me lo digas con esa hermosa boca. - Gruñó mientras sujetaba mis caderas fuertemente.

No podía girar la cabeza para mirar a Eduardo, ni para mirar a nadie de todas las personas que habían allí mismo. Simplemente estaba concentrado en el perfil de Justin desde arriba. Sabía que él no estaba dando todo de él, me estaba volviendo loca de imaginar a Justin follando con ganas toda la noche. Y sin duda, yo...no podía quedarme sin probar eso. Su mano tocó mi espalda.

-¡Eres mejor que una maldita máquina! - Grité cuando dio su última embestida antes de correrse.
En un abrir y cerrar de ojos su semen estaba en mi interior y mi orgasmo aún seguía vagando por algún lado de mi interior, pero para el colmo Eduardo cortó la escena en el mismo momento que iba a tomar el control. ¿En qué momento paso esto? Estaba completamente desnuda sobre una cama, follando con alguien que conocí en la playa, con alguien arrogante y con alguien a quien odio sin quiera conocerlo del todo bien. ¿Por qué acepte esto? Sin duda estaba mal de la cabeza en ese momento porque me sentía una completa puta ahora mismo, solo que era una puta que follaba sin ver el dinero que le venían prometiendo. 

-¡Ha salido perfecto para ser la primera vez! - Gritó Eduardo. - Sin duda la próxima tendrá que salir la parte de tu orgasmo pequeña piscina de seda.

-Esto no se repetirá. - Comenté mientras me colocaba una bata.

-Ella no sabe lo que dice Eduardo, te aseguro que de este tipo de escenas te llenaremos la memoria. - Dijo un Justin sonriente apareciendo de la nada. Mis mejillas se tornaron rosas en cuestión de segundos. ¡Que bien se ve luego de follar, joder!

-Estoy contigo consolador...- Dijo mirándome con el ceño fruncido. - Sin duda no puedes romper el contrato piscina de seda, por lo cual tendrás que aguantar el último mes. Piensa en esto...- Susurró cogiéndome de los hombros. - en cuestión de un mes verás el dinero caer del cielo, en tus manos, en tus bolsillos, en tus puñeteros ojos. ¿Entiendes eso? - Preguntó emocionado. Asentí insegura. - Bien, ahora...debo irme pero vendrá alguien a recogeros.

Salió corriendo por la puerta y se subió a la furgoneta con todo su equipo. Justin había desaparecido y me encontraba totalmente sola. ¿Había sido la única a la que habían dejado? Les solté una y mil maldiciones mientras caminaba de vuelta al estudio a por mis cosas. Sumergida en mis pensamientos me fue imposible pensar en Justin. La forma en la que me sujetó las caderas, la forma en la que folla, como se corre y que caras hace. Me recosté en un árbol para poder tomar aire suficiente antes de seguir. Necesitaba que el aire golpeara en mi rostro, aunque no hubiera viento. Estaba sentada con los ojos cerrados imaginándome como sería tener a Justin como pareja, quiero decir...un novio que sea así de galán, así de chulo y así de follador debía ser la ostia sin duda.

Sentí el ruido de una moto acercarse. El caño de escape dejaba el humo por toda la calle mientras se acercaba. El casco totalmente negro me nublaba el rostro de la persona pero sin duda supe quien era cuando estacionó justo delante de mi.

-¿Pensando en cuántas veces quieres repetir lo de hoy? - Preguntó arrogante mientras dejaba su casco colgado del manillar de su moto.

Rodee los ojos. - Sabes que lo hago por el dinero, jamás...escucha esto, jamás me acostaría contigo por voluntad propia. - Mentía descaradamente, sin duda.

-¿Segura? - Preguntó luego de dudar un poco. Asentí segura mientras me ponía de pie para seguir mi camino. Unos pasos más adelante sentí su voz llamarme. - ¡Megan, te arrimo!

-No, gracias. - Respondí secamente.

-Vamos, no seas así...No camines hasta el estudio, te aseguro que esta lejos de aquí...Y sin contar que no sabes como llegar. - Sentí su risa maliciosa.
Era verdad, no sabía como coño llegar pero no quería irme con él sin duda.

-Me las apañaré, no te preocupes.

-Como te salga del coño.- Respondió mientras cogía su casco. No lo estaba viendo pero sentí como encendía la motocicleta. Bien, tenía dos opciones...la primera era correr hacia él y pedirle que me arrimase, o sea rebajarme. Y la segunda, seguir caminando y dejar que se fuera a follar con alguien por ahí mientras yo me tiraba toda la maldita tarde buscando como llegar, o sea ser una chica difícil. Dude unos minutos mientras daba pasos súper cortos, pero al final me decidí por darme la vuelta y correr hacia él.

-¡Ni siquiera estas montado a la moto, gilipollas! - Grité al darme la vuelta. Para ser que llevaba un largo tiempo pensando que hacer, no llevaba tantos pasos dados por lo que me di cuenta que había parecido una idiota mientras caminaba mini pasos por la acera con él detrás. 

-Sabía que te darías la vuelta guapa. - Dijo seguro de si mismo.

-Que quede claro que solo me doy la vuelta porque me duelen las piernas y no tengo ganas de caminar.

-¿Eso o te duelen de la follada de hoy?

Abrí mi boca indignada. - ¿Es qué no has notado que ni siquiera me he corrido?

Justin rió con ganas mientras apagaba la moto y se acercaba a mi. Me cogió de sorpresa colocándome sobre el asiento de esta y acercando su boca a la mía. - Porque no te he dado tiempo, piscina de seda. - Bromeó él...y ahí comenzaba el segundo mayor error de mi vida. Justin Bieber.

Undress Me j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora