17. ¿Gay?

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—¿Vas a hablarme?—Le dijo Justin a Megan mientras le entregaba un café expreso. Ella lo miró y simplemente siguió su camino hacia la mesa.

Hacia dos semanas que Megan había dejado de hablarle, además de siquiera mirarlo. Justin lo estaba pasando fatal, realmente. Pero Megan...Ella lo estaba pasando peor.

¿Qué Justin le haya hecho eso? Era la pregunta que intentaba responder hace catorce días. ¿Cómo era posible?¿Cómo podía ella estar tan enamorada? Era inevitable mirarlo cuando él no miraba, o contestarle en susurros a todas sus preguntas una vez que estaba lo suficientemente lejos como para que él no la escuchara.

—¡Éramos pocos y parió la abuela!—Gritó Justin cuando vio entrar por la puerta al mismo chico que venía todos los días a la misma hora. La gente de café lo miró por un segundo pero siguió con sus cosas en un abrir y cerrar de ojos.

Él chico le sonrió a Megan coquetamente. Desde hace catorce días y dos horas, Justin odiaba a ese pedazo de escoria. Aunque no sentía nada por Megan, le daba rabia que él la mirara con esos ojos. ¿O eran celos?

—¿Qué deseas hoy?—Esta vez fue Justin quien se apresuró a tomar nota. Megan se quedó a medio camino junto a su sonrisa.

—Em, bueno...Un café solo y una tostada.—Él miró en dirección a Megan. Tenía el ceño fruncido.

Cuando Justin se dio la vuelta hacia la barra, Megan lo miró endurecida. Era la segunda vez en el día que lo miraba, ¿debía tomar eso como un inicio de reconciliación?

—¿Se puede saber que haces?—Le preguntó furiosa. Tal vez no era una reconciliación.—No es tu trabajo tomar órdenes.

—Estás demasiado ocupada para ocuparte de otra más.—Dijo él cautelosamente mientras ponía la taza pequeña debajo de la cafetera.—Deberias agradecérmelo.

—¿Agradecerte?—Preguntó ella.—Debería golpearte.

Justin cogió la tostada y el untó tomate y le puso aceite y sal.—Podrías guardarte los golpes para otro lugar...—Le guiñó un ojo que solo sirvió para que Megan quisiera matarlo alli mismo.

Justin se apresuró a llevarle el pedido al hombre para que se fuera lo más rápido posible. Odiaba que estuviera allí. Intencionalmente, dejo caer mucha sal y aceite en la tostada, y el queso a medio derretir...Pero le daba igual.

—Asi que, ¿interesado en mi novia?—Se atrevió a preguntar Justin. El hombre que estaba llevándose el café a la boca lo miró.

—¿Novia?—Él se rió. Dejó la taza y le mostró el anillo que llevaba en el dedo.—Comprometido.

—Comprometido no quiere decir casado.—Elevé una ceja. ¿Realmente se cree que no sé que los hombres de hoy, engañan hasta a sus futuras esposas?

—Además, soy gay. Pero es lindo saber que cuidas lo que es tuyo.—Sonrió y siguió con lo suyo. Justin se quedó allí de pie, sin poder analizar lo que estaba pasando.

—Pero tú...Tu le pediste su número, le dejaste propina...

—¿No se puede ser un caballero?—Justin estaba atónito. No por el hecho de que sea gay, sino que la tratara así siendo gay...

—Sí, supongo.—Susurró dándose la vuelta.

Megan los miraba hablar, ¿de que estarían hablando? En un momento él levantó su mano mostrando su alianza. ¡Nunca se había dado cuenta de eso!¿Estaría él casado? La verdad es que desde la primera vez que lo había visto, no había vuelto a hablarle como ese dia.

—¿Qué le has dicho?—Preguntó ella cuando Justin se le acercó.

—Bueno, si quería algo más...

Undress Me j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora