Undress Me j.b

20. Garret Flint

**Garret en multimedia**

Megan's POV

—Son las fiestas, es normal que nadie quiera venir aquí y prefieran ir a las carpas de la feria.—Dijo Justin detrás del mostrador. Asentí y me giré hacia las mesas vacías en la cafetería.

Era una semana tranquila, y hoy en especial no había venido nadie en todo el día. Nuestro turno estaba por terminar y mi finde semana por comenzar.

—¿Quieres ir a tomar algo luego?—Oí que decía Justin mientras yo me sacaba el uniforme. Justo estaba pensando en como tendría que comprar helado para elegir una película y pasar todo el finde semana en el sofá sola. Me iba a casar con Justin y tendría que empezar a ser sociable con él de ahora en más.

—¿Por qué no?—Dije con una sonrisa cogiendo mi bolso. Justin sonrió y por sus cojones estiró la mano para que se la cogiera, y yo con orgullo pase de él. Oí su risa pero seguí caminando hacia la salida.

Saludé a los últimos empleados y me apresuré a ir con Justin quien se había ido sin decir adiós a nadie del personal. Me esperaba en su moto con la mano estirada y un casco colgando de ésta.

—Mi futuro marido es un respetuoso caballero.—Susurré una vez que él ponía la motocicleta en marcha. Justin no dijo nada pero sin embargo, vi por el espejo que se reía débilmente.

Cuando la moto se detuvo, me di cuenta de que estábamos en la playa. Y no solo porque lo vi, sino porque el frío era mayor y mis manos se congelaron en cuestión de segundos luego de bajarme de la moto.

—¿Me has traído a la playa una tarde de invierno?—Pregunté incapaz de creer que sea tan tonto para traerme aquí.

—Tu cállate y sígueme.—Dijo. Rodeé los ojos y me dispuse a seguirlo.—Quiero llevarte al faro.

Aunque tuvimos que subir unas cuentas escaleras, las vistas desde arriba eran asombrosas. Éramos los únicos individuos en el faro hoy, solamente nosotros dos.

—¿Sueles traer a muchas chicas aquí?—Dije con una sonrisa tímida mirando la ventana gigante que daba vista a la costa. El oleaje rompía contras las rocas, el cielo estaba gris y parecía que iba a llover. Era un paisaje hermoso.

—No, es la primera vez que lo hago.—Justin se puso a mi lado. De reojo vi como alucinaba con el paisaje.

—¿Me tengo que sentir halagada?—Pregunté riendo.

—Vi que tenías postales de faros y he pensando que tal vez te gustaría, lo he hecho para complacerte.—Susurró moviéndose para estar más apegado a mi. Su mano rodeó mi cintura y me dio un corto beso en la mejilla. Mi corazón se derritió ante su acto y sin pensarlo dos veces lo miré directo a los ojos.

—Es un acto muy tierno.—Toqué su mejilla pálida de frío y luego de unos segundos recuperó el color natural.—Pensé que a los chicos no os iba lo romántico.

—No soy un chico malo.—Aclaró él.—Puede que lo haya sido en el pasado pero... Ya no.

—¿Y si te pido que seas uno?—Reí sabiendo lo que venía a continuación.

—Si me lo pides, lo hago, aunque tiene que ser con besos, sino, no.—Pidió él. Me moví para quedarme frente a él, cara a cara. Mis ojos miraron cada detalle de la cara de Justin. ¿Cómo cabía tanta perfección en una sola persona? Justin era como un maldito depósito donde todos los guapos del mundo iban y ponían un poco de su belleza para crear a Justin.

—¿Por qué eres tan hermoso?—Fue una pregunta ante la cual tanto Justin como yo, fruncimos el ceño. ¿Cómo había sido capaz de decir eso?

—Bueno, mi mamá y mi papá son guapos...O lo eran, entonces una noche, hicieron el amor y... Vine yo.—Él rió levantando los hombros dulcemente. Me reí con él y me sentí tremendamente atraída por su sonrisa.—¿Ahora me darás mis besos?