7. La sombrilla y el protector

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Y aquí iba otra vez, un día más. Anoche habíamos salido con las chicas por lo que estaba totalmente agotada. Justin se había acercado interminables veces a ligar con mis amigas, pensando que me daría celos de alguna forma. Y hablando de Roma...el diablo se asoma.

Bajaba de su moto seductoramente para todas las niñatas que descansaban su gordo trasero en la acera de enfrente. Negué con la cabeza.

-¿Ligas con alguna haciendo eso? - Pregunté mientras me le acercaba.

-¡Si es la chica difícil! - Exclamó sorprendido. - Mira bonita, no necesito ligar porque todas se arrastran por mi tarde o temprano. - con una sonrisa cogió su bolso y paso de mi totalmente. Sabía como era esta etapa...él me seducía entonces yo lo rechazaba, luego el pasaba de mi y era yo quien iba detrás de él. Reí a sus espaldas mientras le seguía el paso.

-¿Dónde están mis estrellas favoritas? - Gritó esa voz chillona.

-Espero no tener que trabajar aquí dentro porque me asfixiaría con este calor. - Dijo Justin.

-Nada de eso mi gran sombrilla. - Reí ante el apodo del día. - Iremos a la playa y será creo yo la escena más caliente que haremos.

-¿De que trata? - Pregunté curiosa mientras nos entregaban los vestuarios.
La mirada de Eduardo me hizo entender que no me respondería esa pregunta y además no era nada bueno lo que estaba por venir.

-Espero que se te vean esos melones en esta escena...- Susurró Justin antes de entrar a cambiarse. Negué con la cabeza mientras le sacaba el dedo del medio. 

El corazón quiso salir hacia el exterior cuando vi el conjunto de playa que me debía poner. La peor parte fue verme en eso metida, parecía esas chicas que se ganan la vida en las esquinas de la carretera...las que se paran a esperar que los coches se detengan y la lleven a algún lugar sucio. ¿Cómo saldría frente a Justin así? No encontraba respuesta hasta que tocaron a la puerta avisando que debía salir, ahí estaba mi respuesta...salir, eso es lo que debía hacer para poder plantarme firme ante Justin.

No había pensando como iría él hasta que lo vi, con esa zunga que dejaba bastante que desear. Se notaba en exceso sus partes intimas, lo que hizo que mis mejillas se tornaran de rojo una vez con él.

—Sin duda va a ser una escena picante. — Comentó.

—Calla. — Advertí desde un principio.

—¿Tomarás algo conmigo luego de la escena? — Preguntó mientras caminábamos por la acera.

—Tal vez...—Dije. — solo tal vez me haga falta algo fuerte luego de toda esta mierda.

—Me gusta como suenan las palabras sucias en tu boca...- Murmuró acercándose más de lo debido.

—¿Que crees que haces?

—Haz dicho que quieres algo fuerte, ¿por qué no comenzamos ahora? 

Ignorando sus llamados comencé a caminar por delante de él. Sentí sus susurros idiotas de mi culo pero lo ignoré. Eduardo iba cantando alegremente un poco más adelante que yo, corrí hasta ponerme a su lado.

—Eduardo, ¿cuándo comenzaremos a ver nuestro dinero?

Él se paro en seco y se tensó. Fruncí el ceño ligeramente sin entender que estaba mal.

—Pronto cariño, el dinero no lo es todo. Lo verás cuando la película salga al mundo del espectáculo.

—¿Y eso cuándo ocurrirá?

—¡No lo sé! — Se enfureció. — Sigue caminando protector solar. — Rodeó los ojos y comenzó a correr para colocarse en primera fila en la acera. ¿Protector solar? , este tío no tenía solución.

Cuando Justin me alcanzó fue inevitable preguntarle.

—¿Crees que este tipo nos pague por esto?

Él no dudo. — Claro esta que le metería la denuncia de su vida si no me pagara por hacer esto. Realmente necesitó el dinero.

No le respondí, solo pensé que estaba loca por hacer esto. Las olas eran calmadas, la playa estaba repleta y tendría que estar así frente a todos, haciendo cosas raras.

—Bien, quiero que Justin salga del agua como un chico que quiere follarse a su novia en medio de la playa, como no puede necesita un baño de agua fría en el mar para calmarse. ¿Vale?

Todos asentimos y nos colocamos en nuestros lugares. Todo iba bien hasta que Eduardo me miró recostada en la sombrilla y negó con la cabeza, se puso a mi altura y desprendió el bañador dejando mis pechos al descubierto. En otra ocasión hubiera hecho algo pero comenzamos a filmar en el mismo momento que Justin dejo de reírse.

La parte difícil fue ver a Justin como un rey del sexo saliendo del agua. La gente se quedaba viendo la escena, otros no prestaban atención. ¿Por qué no podían mantener los ojos apartados de todo esto? En un abrir y cerrar de ojos unas pequeñas gotas comenzaron a caer sobre mi estomago, haciendo que una se posara en mi pezón izquierdo. El agua fría mi hizo reaccionar de un Justin mojado a mi lado.

—Tengo muchas ganas de follarte. — Decía él. Al principio no entendía su punto hasta que una señal de sus ojos me hizo continuar con el diálogo.

—¿Por qué no me lleves a algún lugar donde me puedas tumbar y follar? 

Eduardo gritando corte se hizo eco en mis oídos. Estaba caliente, sentía los pezones endurecidos al descubierto, los ojos de Justin mirándome entera.

—Ha salido perfecto, esta escena queda terminada, ahora debemos ir a la cabaña.

—¿Cabaña? — Pregunté colocando el bañador en su lugar. Sentí un cosquilleo cuando sentí la polla de Justin rozar mi trasero. Lo hubiera golpeada si no fuera porque al escuchar cabaña se me encendieron las antenas de los nervios. ¿Que haríamos en una cabaña?

—Espero que poder tocarte. — Comentó Justin. ¿Cómo sabía él lo que estaba pensando? Seguí  a todo el equipo de dirección apartada de todos. No podía creer que fuera a hacer esto. Pensé en todos los billetes que vería sobre mi mesa cuando esto acabara en una semana,. solo faltaban un par de escenas y esto sería parte de mi pasado...y mi futuro pensé.

—Bien, aquí es donde empieza la acción, Megan dejas que te cargue hasta la cama, luego que te desnude y por fin gozáis de placer.

—¿Qué? — pregunté incrédula. — ¿Qué quieres decir con gozáis?

—Lo que escuchas protector de sol, esto va a ser sexo.

—No puedo dejar que suceda eso.

—¿A caso lo aclaraste en el contrato? Mm, no. — Dijo. — No necesitó que llegues a un orgasmo, te aseguro que la escena se corta antes de que te puedas dar cuenta que su polla esta en tu vagina.

Suspiré mientras me acercaba a Justin.
Él estaba como si aquí no pasara nada, como si todo fuera color de rosas. ¡Que tranquilidad!

—Hazlo despacio porque juro que comeré tu polla para la cena.

Justin entre cerró los ojos y me cargó. Aquí comenzaba la acción.


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Undress Me j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora