13. Invitación e intercambio

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Un mes después ya estaba recibiendo mi primer paga la cual, la mitad fue para Justin. Aunque al principio se negó a aceptar mi dinero, terminó proponiéndome algo que tenía sentido.

-Acepto el dinero...-Dijo Justin.-Aunque, quiero que vayas a pagar las cuentas y hacer las compras.

Asentí con la cabeza. Me parecía que cocinarle, hacer las compras y pagar las cuentas era lo menos que podía hacer con la persona que me estaba dando su casa junto a esas noches de pasión.

-Una ración de patatas con una hamburguesa completa.- Le dije a Justin. Él me miró aburrido y se dio la vuelta para hacer su trabajo, que consistía en decirle al cocinero lo que yo le decía. Sí, una completa gilipolles pero por hacer algo tan sencillo le pagaban muy bien.

-Prefiero ponerme el traje más ridículo que exista y salir a la calle para llamar a la clientela.- Balbuceó enfadado.

-Siempre tienes la posibilidad de renunciar.

-¿Y encontrar un trabajo en el que me paguen poco por mi esfuerzo?-Preguntó con una sonrisa.-Prefiero ser la paloma mensajera entre la camarera y el cocinero.

Sonreí y cogí el pedido para luego llevarlo a la mesa. El hombre con traje y bien arreglado me dedicó una sonrisa y se me quedó mirando cuando me alejé en dirección a Justin.

Justin, quien había captado la mirada del chico hacia mi, me tocó la mejilla y dejó un casto beso en ésta.

-¿Qué demonios haces?-Le pregunté eufórica. Él se encogió de hombros y me dispuse a atender otras mesas.

Cuando giré mi vista hacia la mesa del hombre cuyo nombre desconocía, pude ver sus ojos sobre mi y la tensión comenzó a crecer porque la mirada de Justin viajaba de él a mi, esperando algo. El hombre elevó su mano y con un largo suspiro me acerqué a su mesa.

-Digame.

-Me gustaría pedir la cuenta, por favor.-Sonrió.-Puede que deje buena propina si me dejas tu número.

-Tal vez haya interpretado algo mal pero no soy de las chicas que dejan su número q los clientes. Y menos a uno que es la primera vez en el mes que viene.

Él chico me estudió unos segundos.-Soy un cliente habitual. He estado de vacaciones en América. Suelo llevar a mis amantes por todo el mundo.

-Son 10 euros. Y no se por que clase de mujer me ha tomado pero no tengo cara de; Busco un amante que me lleve a conocer el mundo.

Sin embargo, su arrogancia no desapareció. No dejo de mirarme hasta que tuvo que sacar el billete de 20 euros de su bolsillo.

-Ha sido un placer.-Dijo antes de marcharse. No había caído en la cuenta que me había dejado una propina de 10 euros que no todos hoy en día aquí en España podemos permitirnos. Tragué el nudo en mi garganta, que fue repuesto por otro cuando veo la tarjeta sobre la mesa.

"Buffet de abogados Herrera." Estaba escrito en negrita y abajo un número de teléfono subrayado con bolígrafo. Sonreí y negué con la cabeza volviendo al mostrador.

-¿Qué te ha dado?¿Qué ha sido eso?-Justin me atormentó a preguntas en menos de 5 segundos.

-Tranquilo papá, solo propina.-Le contesté rodando los ojos. Él me vigiló de forma extraña hasta el final de nuestro turno. Y cuando llegamos a su casa, seguía extraño.

Cuando íbamos por el vestíbulo, Justin fue hacia su buzón y cogió un sobre de color pastel.

-¿Qué es?-Le pregunté al ver que perdía todo tipo de color en su rostro.

Undress Me j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora