6. Noche.

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Suspiró con fuerza tratando de eliminar toda las emociones que comenzaban a aglomerarse en su pecho, tomó una de las valijas  del maletero y la dejó a sus pies.

—Te ayudo con eso —se ofreció Norman, llegando a su lado.

Sostenía un cigarrillo entre sus labios, portaba sus típicas gafas de sol y una gorra negra.
Le sonrió reconfortante y tomó la maleta del suelo.

—¿Dónde están tu hermano y tu padre? —le preguntó, dejando la pesada maleta sobre las otras.

—Vienen en camino, Mick y mi papá tenían que hablar del Sharkey's —explicó tranquilamente, cerrando el maletero del auto.

Caminó hasta el montón de maletas y se sentó al lado de ellas, miró a Norman y con un movimiento de cabeza le pidió que se sentara a su lado.

—¡¿Ese es el Norman del que hablabas? Nalhya, no te creí cuando me dijiste que era Daryl Dixon! —habló Ronnie, llegando hasta ellos.

—¿No me conocías, ah? —preguntó Norman con gracia, mirándola y recordando las palabras de Moon.

"No, nunca te he visto en televisión" le había dicho ella la primer vez que lo vio en el Sharkey's.

—Verás, mi niña te mintió, es fanática de Daryl, ¿verdad, Mick? —dijo su padre, sonriéndole a su hija.

—¡Papá, ya déjenme! —se quejó la chica, levantándose desde su lugar.

—John Cox, padre de ese angel y éste demonio —saludó su padre a Norman, señalando a Moon y Ronnie.

—Norman Reedus, un placer —dijo éste estrechando la mano de John y levantándose del suelo.

—El placer es mío.
Niños, vamos, tengo que hablar con ambos —respondió John, mirando a sus hijos.

Los dos caminaron detrás de su padre, y como si de niños pequeños se tratara, se colocaron a cada lado de John, tomaron su mano y siguieron caminando.

—¿Cuáles son tus intenciones con Moon? —escuchó decir a Mick, giró el rostro y lo encontró a su lado.

—¿Qué? Ah... sólo...

—Si me vas a decir que sólo quieres ser su amigo, créeme, es mejor alejarse de ella —le interrumpió Mick.

—¿Por qué? —preguntó Norman.

Terminarás enamorado —respondió sin mirarlo—. Por favor diles que volví al bar, nos vemos.

Se despidió con un gracioso movimiento de cabeza y avanzó firme hasta el auto de John.

—El vuelo sale en unos minutos, ¿nos acompañas allá adentro? —preguntó John, llegando hasta él junto con sus hijos.

—Sí, claro —respondió.

Cada uno tomó una maleta y se adentraron en el extenso aeropuerto.

—Deben llamarme en cuanto lleguen y Lennie los estará esperando en el aeropuerto, en la maleta de Ron hay...

—Moon, basta cariño, deja de preocuparte, sé lo que tengo que hacer al llegar y estar allá, relájate un poco —le interrumpió John abrazándola por los hombros, tocaba su cabello con delicadeza mientras ella asentía y besaba su mejilla—. Anda, despidete de tu hermano, hablaré con tu amigo —susurró en su oído y la dejó libre palmeando su espalda.

Se alejó de Moon y caminó hasta Norman, con una seña le pide qué se acerque.
Los miró fijamente, detallando la seriedad que el rostro de su padre reflejaba, los gestos y ademanes que ambos hombres hacían al hablar.

Strange currencies: Norman Reedus. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora