19. Antes.

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¡Hola dulzuras!
Sé que no merezco su perdón por tanta ausencia, pero tengo mis razones. Hace unas semanas presenté examen de admición para bachiller y por ende tenía que estudiar; era ésto y algunos otros problemas.
Espero que puedan disculparme y comprender los motivos, prometo actualizar más seguido.
¡Necesito vacaciones con urgencia!

19

Abrió los ojos tranquilamente, se removió entre los cálidos brazos de Norman y buscó con apuro sus labios. Lo besó pausadamente, mientras cubría sus cuerpos con el grueso edredón de plumas.

—Buenos días, nena —Norman susurró sobre sus labios, recordando lo acontecido la noche pasada.

Aquella noche Moon le había correspondido, había sido completamente suya, en todos los sentidos, tal y como él lo pedía.
Cuando John se acercó a ellos, la noche pasada en el Sharkey's, alejó a Moon de sus brazos y tomó su delgada mano; planeaba enfrentar a John, hablar con él y decir todo lo que por Moon sentía, estaba dispuesto a luchar por su relación, a defender su amor; sin embargo, ante el gesto de paz por parte de John, se tranquilizó, pues el hombre sólo quería despedirse de su hija, otorgando una extraña  —pero significativa— aprobación a su noviazgo.

—¿Qué pasa? —Reedus volvió a hablar ante el silencio de la castaña.

—Es sólo que no quiero que ésto termine, realmente me siento bien aquí, contigo —Moon respondió avergonzada, pues le resultaba vergonzoso ser así de sincera con Norman.

—Ésto no va a terminar, nena, ahora somos tú y yo;  nosotros siempre estaremos juntos —dijo Reedus acomodándose sobre su codo, acariciando con ternura la mejilla de Moon, para segundos después besarla—. ¿Quieres desayunar? Podemos desayunar afuera; tú, Mingus y yo, luego ir a algún otro lugar donde tú quieras —extendió mostrando su rapidez para hacer planes y como en cada uno de éstos incluía a su hijo y a su novia.

—Me encantaría salir con usted señor Reedus.

...       ...       ...

Después de un largo viaje —acompañados de Mingus—, llegaron a un elegante y armonioso restaurante.
Ordenaron su desayuno, donde las frutas de temporada, jugos naturales y huevos fritos adornaron la mesa, disfrutaron de su mutua compañía, así también, charlaron acerca de algunos planes que Norman tenía junto a ellos.

—Así que ¿las clases se acabaron? —Mingus preguntó en voz baja, pues Norman le había explicado un poco de la situación con Campbell, y como sus estúpidas decisiones habían dañado a la chica.

—Sí, supongo —Moon respondió cogiendo la servilleta de tela desde su regazo, limpió los restos de comida del contorno de su boca y miró a Mingus—. No me mires así, Gus, no es mi culpa.

—Lo sé, Norman me habló de eso —respondió el rubio mirándola de soslayo.

—Igual y nuestra clase puede ser en casa, sería divertido —Moon habló intentando darle ánimos—. Vamos, tu papá está esperándonos.

Ambos jóvenes se levantaron de la mesa y caminaron hacia la salida, donde Norman ya los esperaba impaciente.

...      ...       ...

De un fuerte azote cerró la puerta de su casa, pues tras la pequeña discusión  con Norman había ido a visitar a su padre.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2016 ⏰

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Strange currencies: Norman Reedus. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora