27. My love was punished long ago

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Su mirada está enfocada en el camino, más su mente en otro lado. No sabe como va a actuar, se debate sí debe llegar llorando cual mártir o estar serio... cualquier cosa es más conveniente que seguir con la sonrisa que trae, sí sigue así se darán cuenta.

Está a sólo unas pocas cuadras del edificio donde vive su hijo, por lo que en unos largos suspiros se pone serio y se mentaliza para poner su mejor cara de preocupación y tristeza.

Su plan, a partir de ahora, es simple. Debe presentarse ante ellos muy arrepentido, como sí de verdad le importará la pérdida de su nieto, después acercarse a Gerard, meterse en su mente, hacer que el dolor y la culpa sean tan grandes que prefiera desaparecer de este mundo... así como lo había hecho su bebé

Sin reprimirse suelta una carcajada, deja que sus verdaderos sentimientos se reflejen exteriormente mientras nadie lo ve y para cuando está a un piso de llegar a su destino vuelve a ponerse serio. Hora de actuar

Llama a la puerta y espera un par de segundo a que le atiendan; cuando lo hace su hijo lo observa detenidamente, sorprendido de verlo ahí
- ¿Qué haces aquí? - no hay reproche en su tvoz, sólo sorpresa
- Hola hijo... me enteré de lo paso... - el semblante de Bert cambia radicalmente, mostrándose molesto y triste - ¿Cómo están? - debe felicitarse por su actuación ya que su hijo menor parece creer toda su farsa; lo ve bajar la guardia con la sola mención del suceso - Sé que no me he portado como un buen padre o abuelos pero... lo siento... en verdad
- Te portaste muy mal con Gee...
- Lo se y me arrepiento -"¡¡Mentira!!" - Por eso estoy aquí, perdón hijo... lo lamento mucho - "¡La actuación el año!" se felicita cuando Bert lo abraza con fuerza. Corresponde dicho abrazo con la misma efusividad, extrañaba a su hijo y si se había alejado todo era culpa del pelinegro, pero pronto lo remediaría - ¿Cómo está Gerard? - pregunta cuando se han separado y una vez que le deja pasar al interior de su hogar - Le debo una disculpa a él también
- Está en la habitación descansando.... después de lo que paso - no puede mentir, le duele ver a su hijo menor tan triste, pero es por su bien
- Yo... quisiera hablar con él... no sé sí sea el momento indicado...
- No lo sé - luce una mueca tensa, no está muy convencido - Está agotado... apenas han pasado dos días...
- Prometo no molestarlo... solo quiero saber como está, si él quiere... - "Sólo quiero verlo roto y sin esa odiosa barriga"
- De acuerdo - accede finalmente para su felicidad - Pero sólo sí está despierto - cuando llamaron a la puerta Gerard dormía y bien pudo haber despertado o simplemente seguir durmiendo, eso lo averiguaría en ese instante

Con un asentimiento de parte de Bert pasan a la habitación, donde Gerard representa un bulto bajo varias mantas. El padre de Bert arruga el seño, no se suponía que el bulto fuese tan... grande. Como sea, no le da mucha importancia; espera en el marco de la puerta cuando Bert le susurra algo al pelinegro para después salir y dejarlos solos, dedicándole una última mueca triste que simula ser una sonrisa.

- Hola Gerard - comienza con su discurso previamente preparado - Yo... me enteré de lo que paso, lo siento mucho - espera una reacción, algo que le indique que el chico bajo las mantas lo escucha, pero nada. Decide seguir con su discurso y a ver que pasa luego - Sé que no me he portado nada bien contigo desde que nos conocimos... pero con todo esto que paso me hizo darme cuenta de lo que era importante, espero puedas perdonarme algún día... no lo merezco pero... - bufa en su mente ante su discurso digno de drama de telenovela, ni él mismo se podía creer sus palabras - Lo siento. ¿Cómo estas? - esperó por una respuesta pero, al parecer, el pelinegro se reusaba a dirigirle siquiera una mirada.

Arto de ello estaba por darse media vuelta e irse, siendo detenido con mano en el picaporte por Gerard
- Gracias por venir - murmura bajito y con la voz ronca "Seguro de tanto llorar"
- ¿Cómo estas? - le sonríe falsamente, deseando antes que nada verle el vientre, que sí bien podía no estar plano al menos ya no tendría el odioso bulto en el vientre que representaba un bebé, más Gerard había permanecido recostado sin dejar ver más que su cabeza
- Ya mejor - le sonríe con debilidad. ¡¿Qué?! ¡¿Tan rápido había superado la pérdida?! - Pero todavía me siento débil, pero ya pasará...

Our Love Never Faded Away | Gerbert/FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora