9. Surely you can take some comfort knowing that you're mine

330 33 5
                                    

– Hoy tendrán una cena… ¿Por qué no vas? Sería un buen lugar para conocerlos
– No tengo ganas… además ¡es una cena y no los conozco! Será algo incomodo… 
– Pero en algún momento debes de conocerlos… que mejor que ahora – le decía sonriéndole para convencerlo
– Lo pensaré… pero creo que lo mejor es que me presente en la oficina… no sería apropiado ir a una cena donde de seguro llevaran a sus familias
– ¡Exacto! ¡Así conoces a todos de una buena vez! Además… si vas, podrías llevarte grandes sorpresas, ¿no cree?
– Tal vez, pero no lo sé… lo pensaré

~*~

– Te ves fantástico Gee… – apretó con fuerza su mano, viéndole directamente a los ojos – Es hora… – estaba por salir del coche cuando la mano de Gerard lo detuvo – ¿Qué pasa?
– Tus compañeros de trabajo me ponen nervioso…– bajo la mirada y comenzó a jugar con algunos hilos sueltos de su abrigo y con un gesto de su cabeza señalo lo que llevaba puesto… haciendo que Bert entendiera su punto – No voy muy formal – aparto la mirada
– ¡Que importa! Vienes con el dueño de la empresa… – Gerard sonrió ante lo dicho, su esposo siempre usaba esas palabras cuando se trataba de convencerlo en casos como esos – Nadie te dirá nada… y quien se atreva será despedido – la confianza con la que le hablaba hacia que Gerard aceptará cualquier cosa – Ahora, ¡mueve ese sexi trasero! Jared ya nos estará esperando adentro

Fue lo último que necesito para olvidar todo rastro de vergüenza. Ansiaba, necesitaba conocer al tal Jared, debía saber con que clase de personas trabajabaSU esposo; en el pasado los asociados de Bert eran personas de edad avanzada, demasiado feos como para tomarlos como un peligro, pero su nuevo asociado… según lo que le había dicho Bert, era un hombre cinco años mayor y “con unos geniales ojos azules” y el otro aún era un misterio. 

La cena se llevaba a cabo en un salón amplio, cercano a las oficinas de la empresa. Tenía una decoración elegante, las mesas tenían manteles blancos y como centro de estas había un pequeño florero que contenía exactamente un rosa amarilla y una blanca, todo el lugar decorado con los mismos colores y la vajilla era de cristal con decoraciones doradas. 
Caminaron entre un montón de gente y todos, sin excepción, saludaban a Bert y después a Gerard, a quien deducían era el esposo de su jefe. Caminaron hasta llegar al otro lado del salón, donde una mesa, un poco más grande que las demás y con un florero más grande y el doble de flores, era reservada especialmente para ellos.

El corazón de Gerard comenzó a latir con más rapidez conforme se acercaban, en ningún momento quito la vista de la mesa donde dos hombres estaban ya esperándolos. En su mente se preguntaba cual sería Jared, ambos vestían un traje negro y, conforme se acercaban, podía detallarlos mejor. Al llegar, los hombres se pusieron de pie para recibirlos. 
– ¡Hasta que llegan! Les estábamos esperando – un alto rubio abrazó a Bert y de inmediato un odio profundo inundo sus sentidos, un instinto de arrancarle la cabeza al sujeto por atreverse a tocar a SU Bert 
– Disculpen la demora… el tráfico esta para matar – se separaron y así pudo detallar mejor al tipo ese.
Era alto, un poco más alto que él, sus ojos eran… ok, eran de un azul jodidamente genial y… ¡mierda! ¡Estaba bronceado! “¿Y si Bert me deja por él por ser un paliducho?” no puedo evitar pensar Gerard
– No importa… lo bueno es que están aquí – miro a Gerard de arriba abajo, algo que a este no le gusto
– Si… – Bert notó como Gerard comenzaba a molestarse; notó su molestia al ser abrazado por su amigo y ahora notaba su molestia al tenerlo de frente – Gerard, él es Jared, mi nuevo socio – decidió comenzar con las presentaciones, el susodicho dio un paso más hacia el pelinegro con una enorme sonrisa de comercial de pasta dental, asintiendo con la cabeza en señal de saludo – Y su esposo… – se detuvo un segundo para recordar el nombre, a pesar de que ya habían sido presentados en una reunión de negocios con anterioridad y aunque su amigo le hablaba de él prácticamente todo el día no podía aprenderse su nombre – ¿Shannon? – el nombrado asintió – Y él – le tomó entre sus brazos – Es Gerard… mi esposo –al ser nombrado una enorme sonrisa se dibujo en sus labios

Our Love Never Faded Away | Gerbert/FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora