V: Brotherhood

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¿Qué tal? Primero que nada quiero advertir que la escena principal es un recuerdo de Tess, ahí se explica porque estaba tan malherida en su presentación. Contiene violencia, si eres sensible puedes saltarte la parte cursiva y continuar leyendo hasta dónde vean →***← esto.
Gracias por su atención, ¡sayonara!

#LT

Tess.


***←

-Lárgate, tú no perteneces aquí -la voz de mi hermano mayor retumbaba en mi cabeza, como un martillo golpeando contra un clavo para clavarlo sinfín-. ¿Debo de darte alguna explicación? ¡Vete! -su puño rozó mi pómulo, por suerte reaccione rápido y di dos pasos hacia atrás rápidamente, eso pareció enfurecerlo aún más. Pues ahora dió una patada en mi costado, logrando sacarme el aire. Ante todo esto, yo no planeaba articular una palabra. Repito, planeaba, porque lo hice.

-¿Quieres saber por qué estoy aquí? -le pregunté un tanto adolorida mientras sobaba mi costado izquierdo, Hans me miraba con veneno en sus ojos. Quise reír porque a pesar de los 9 años en que no me miro, su mirada no había cambiado hacia mi-. Porque quería recordarte una última vez, que tú nunca fuiste el heredero principal, a pesar de ser el mayor -reí tras mi descarada confesión, Hans se quedó helado al escuchar eso. Tras reír como maniática me limpié una lágrima de mi mejilla, la cual no era precisamente provocada por la risa-. ¿Papá y mamá nunca te lo dijeron, Hani? -tras escucharme decir el ridículo apodo que le decía de pequeña, divisé lágrimas acumularse en sus ojos, sentí que el alma se me iba a los pies-. Soy yo. Siempre he sido yo, Ali -sonreí de nuevo, ahora de manera amarga.

Nunca quise llegar a esto, Hans.

-Mientes -susurró con odio, su mirada estaba hundida en el suelo y su postura encorvada, aproveché su distracción para acercarme en un parpadeo y regresarle la patada en el lado costado contrario adónde el me la dió; derecho. La planté con tanta fuerza que él escupió saliva y escuché como rechino sus dientes. Tomó aire con dificultad y me miró desde abajo, puesto que se había doblado del dolor-¡Mientes! -exclamó dándome un cabezazo directo en mi mandíbula, sentí que el aire me tomó. Hans saltó sobre mi y me estampó contra el suelo, sentí un pitido en mis oídos y un líquido caliente escurrir por hilos en mi cuello.

"Tú siempre serás bienvenida aquí" recordé las palabras de mamá.

Mientras Hans me había acorralado contra el piso y seguía golpeándome, incluso llegué a sentir que me escupía.
En su frenesí me miro directamente a los ojos, ámbar con ámbar. Y como si recordara algo, el último puño que alzo no llegó, le dediqué una mirada interrogante.

Espero algún día puedas perdonarme, Hans.
Escupí sangre y lo miré fríamente.

-¿Por qué te detienes? -lo reté y me removí abajo de él, provocando que hiciera más presión sobre mi-. Es verdad... -solté una risa sarcástica y negué levemente con mi cabeza, Hans parecía estar en un viaje astral, analizando todo. Más posible que nada recordando-. ¿Te digo por qué te detienes? ¿Quieres escucharlo de mi? -pasé la lengua por mis dientes y sentí el sabor a metal en ellos, volví a escupir el líquido carmín, manchando el suelo. Cómo pude me reincorporé acercando mis labios al oído de Hans y musité lo que haría que su furia aumentará un cien por ciento y decidiera acabar conmigo de una vez por todas-. Porque así cómo me sientes odio en este momento, Hani. Así o el doble me quieres, siempre tan iluso. Siempre tan tonto. Siempre tan débil... ¡No te detengas! —volví a escupir sangre, sintiendo mi pómulo palpitar. Me removí bajo Hani y cómo pude le tomé el rostro por los costados—. Sé el hombre que siempre dijiste ser, hermanote.

Apocalypse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora