Hola Liz:
Ha pasado dos días desde que nos encontramos. Y casualmente te has llevado muy bien con Jane, hace solo dos días se conocieron y hoy parecen como si fueran incluso hermanas.
—¡Esteban!—gritaste desde la casa, ya que yo estaba afuera haciendo mi entrenamiento diario.
—¿Qué sucede Lizeth?—pregunté mientras dejaba de hacer cualquier cosa solo para ponerte atención.
—¿Te puedo preguntar algo?—me respondiste con otra pregunta.
—Sí, claro, ¿qué sucede?—volví a preguntar, pero esta vez iba caminando hacia la casa para ver cuál era tu duda.
—Quería saber...¿por qué no me entregaste la sexta sorpresa personalmente?—
Eso si fue un golpe bajo, podía esperar cualquier pregunta, pero no estaba listo para esa exactamente.
—Estaba confundido— mentí, sabía que no podía decirte la amenaza de Antonella. Eso solo iba a preocuparte más de lo que ya estás. Además leí tus cartas y ya sé que ese tal Edgard fue a verte, entonces si hago memoria, el chico que estaba con Antonella aquel día era Edgar.
—¿Confundido?—preguntaste mientras despierto de aquellos pensamientos.
—Sí, no era justo para ninguno de los dos encontrarnos después de haberme ido sin decirte a donde. Además, en ese momento tampoco sabía a donde ir.—volví a mentir, pero esta vez si tiene algo de verdad, no era justo para ninguno de los dos vernos después de lo que hice.
—Tienes razón.—añades de pronto.—Tal vez si me dabas el regalo personalmente no hubiera sabido como actuar.—
Tu expresión cambio de estar confundida a estar pensativa. Tu cambio repentino me hizo preocupar un poco, pero no lo necesario para entrar en alerta, solo estabas asimilando todas las cosas ya contadas. De pronto empiezas a inspeccionar mi rostro y te centras en mi boca, si haces eso Lizeth, no esperes que este tranquilo.
—Entonces ¿eso del regalo fue antes de perderte aquí en este bosque?—volviste a preguntar, al parecer hoy estás muy curiosa.
—Sí, fue antes de perderme aquí.—mencioné mientras ponía mi mano en mi cuello y miraba a otro lado, aquel simple acto de haberme visto el rostro y luego la boca me estaba poniendo nervioso.
Desde ese momento ambos nos quedamos en silencio, no sabía que más decirte. Además estaba nervioso, sentía que iba a morir si seguía ahí sin decir nada. En mi defensa, puedo decir que fuiste tú la que empezaste viéndome así.
—Casi me olvido.—mencionaste de repente mientras agarrabas mi mano.
—Hace unos días vi a unos chicos afuera del hospital, parecía que era Antonella y tú, ¿es verdad eso?——¿Qué?—digo de repente, me esperaba todo menos este otro golpe. Saber que me viste aquel día afuera del hospital me pone los nervios de punta.
—Si, así como lo escuchas, ¿eras tú aquel chico que estaba con Antonella?—repites mientras tenías una mirada intensa en mí.
Me humedezco los labios y controlo el impulso que sentía mi cuerpo para poder responderte.
—No, la última vez que vi a Antonella fue cuando salió corriendo detrás de mí en el hospital y logré que ella me pierda de vista.—mentí.
Sé que no estoy haciendo nada bien en mentirte, pero no quiero que te preocupes más de lo que ya estás.
Ya estás asustada por lo de Edgard y decirte lo que Antonella me ha advertido es solo empeorar las cosas, a veces es mejor guardar estas cosas por tu bien.No puedo decirte que ese chico si era yo, pero estaba ahí solo porque Antonella me prohibió entrar al hospital porque si lo hacía, te iba a hacer algo malo y eso no era lo quería para nada. Si mi opinión en ese momento hubiera contado para algo, no me habría ido del hospital. Al contrario, hubiera entrado.
Sé que una mirada dice más que las palabras, pero tu mirada me decía que creía en mí y eso me dolía. Sin embargo, no solo vi una pequeña luz de esperanza en tu mirada, sino que tambien vi algo oscuro. Me pregunto si tienes algún secreto que aún no me quieres contar.
Att: Esteban, tu novio
![](https://img.wattpad.com/cover/57958528-288-k151350.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Las cartas que él nunca envió. [EDITANDO] [#2]
SonstigesElla le escribía notas anónimas a Esteban, pero lo que ella nunca supo es que él también le escribía notas a ella, pero era un secreto. Y... ¿por qué era un secreto? Bueno, la respuesta es fácil, él era demasiado cobarde como para dar esas notas. Pe...