Nota #49

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Hola mi "Liz":

Empiezo a leer la nota que me has dado, el dolor que siento en el pecho comienza a intensificarse.
Todo lo que temía se está volviendo verdad, me acabas de decir lo que ya había preguntado, sobre el avance de tu enfermedad. Leo una y otra vez la carta hasta que mis lágrimas empiezan a caer, me duele el corazón, y los ojos.

Sin embargo, no podía quedarme así, por lo que decidí salí corriendo a verte, al llegar, tú te sorprendiste.
Sé que es de locos correr en plena lluvia hasta tu habitación del hospital, pero por ti, Lizeth, soy capaz de cometer locuras.

Pasan unos segundos que parecen años y me siento en el filo de tu cama. Tú te percataste que llevaba una funda en mis manos y sí, es justo lo que estás pensando.
Es tu cuarta sorpresa.

Estaba nervioso porque esta sorpresa era importante, era un anillo que había comprado con mis ahorros, solo para ti.
Así que, me armé de valor, saqué una cajita que venía dentro de la funda, me levanté de la cama con la cajita del anillo en mis manos y me arrodillé frente a ti.

Tú te sorprendiste y te llevaste las manos a la boca, sorprendida por lo que había dentro de la cajita.
Acercaste tu mano y yo te coloqué el anillo, te quedó perfecto.

Estabas tan emocionada que tuve que decir lo más importante.

Lizeth, conserva siempre ese anillo, ya que es nuestra promesa de amor.

Tú me miraste, me sonreíste y eso fue suficiente.

Att: Esteban, tu novio

Las cartas que él nunca envió. [EDITANDO] [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora