NUESTRO FUTURO

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Mi mente recuerda aquella mañana en el sofá del paraíso donde tus besos eran la inspiración de este niño, hablar hasta que decidimos silenciarnos con las notas del piano de tus labios, mirarnos entre las estrofas de tus ojos y acariciarnos con el agradable verso de tu tacto ileso. Empezamos hablando de lo desconocido, no sé cual era tu futuro pero tú sí sabías cual era el mío. Fuimos dos adolescentes que nos cruzamos gracias al destino. ¿Suerte? Yo prefiero llamarlo casualidad de lo desconocido.

Hablé de mis hijos, y digo míos porque no había una madre en mi mente para ellos. Te comenté que no les dejaría salir hasta que tuviesen una cierta edad y me interrumpiste con el bello sonido de tu voz para decirme que tú les dejarías salir ya que les diste la vida. Me quedé descolocado porque pensé que lo nuestro solo era un lío y que se acabaría tarde o temprano. Empecé a comerme la cabeza y tú seguiste metiéndote en mi futuro llevándome hacia el tuyo, me di cuenta de lo que hacías pero aún así yo me dejé guiar, simplemente confié en ti y ahora ya no sé si es mío, si es tuyo o si es nuestro este futuro juntos que pintamos con acuarelas en nuestras mentes, solo sé que me encanta la idea de quedarme toda una vida al lado de la metáfora más bella de tus suaves manos acariciando hasta el último centímetro de mi cuerpo.

No he tenido imaginación suficiente para escribir que tus labios y los míos eran las piezas del puzzle que le faltaban a este niño, las únicas que encajaban entre tu rima asonante y mi paralelismo. He querido renunciar a mi vida para formar parte de la tuya, que tus pensamientos se formaran junto a mis mayores locuras. He querido dejar el miedo a un lado, olvidarme de todas mis ex novias y centrarme en cada centímetro de tu cuerpo, en cada poro de tu piel y en cada bello recuerdo.

Escribí en un lienzo "te quiero" mientras pintaba en una partitura tu cuerpo desnudo a base de notas con una clave de sol y un bemol en Fa. Reclamé con un sostenido en Do los besos prometidos que aún estoy esperando a día de hoy. Guardé silencio dentro del becuadro de Mi mientras mi mundo interior participaba en los juegos olímpicos de mi corazón donde una y otra vez salía perdedor.

No puedo darte la respuesta para todas tus dudas, solo puedo darte un beso que te lleve a la luna, susurrarle a la sintaxis que te convierta en el Sujeto imprescindible para todas mis oraciones. No puedo darte mi nota más alta en Educación Física, solo puedo darte suaves caricias en tu espalda desnuda, gritarle a la literatura que te convierta en la mejor novela de William Shakespeare. No puedo darte una vida cómoda, solo puedo darte la mano y pedirte que me dejes cuidar tus sueños cuando duermas en mi cama, abrirte las puertas de mi paraíso para que lo destruyas y lo vuelvas a reconstruir a tu gusto, quedarte a vivir conmigo en una casa de chocolate, convertirme en Don Quijote y en Sancho Panza, es decir, luchar contra la injusticia y fielmente acompañarte en tu lucha por un mundo mejor ofreciéndote toda mi confianza.

No soy nadie para pedirte que salgas conmigo pero si aceptas te propongo seguir dos pasos para que todo salga bien y sin mal entendidos: primero vamos a tomar algo y luego lancémonos sin prisa a ser algo más que amigos. No soy quien de pedirte matrimonio con la subjetividad de un pequeño filósofo enamorado, de acariciarte con el ritmo de las repeticiones de mis silencios junto a tus oídos. Solo soy yo, un joven poeta de 17 años que quiere vivir sus últimos días de la adolescencia y toda una vida contigo.

CAMPO DE BATALLAWhere stories live. Discover now