FATIGA CRÓNICA

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Si mis RAPs fuesen melodías con notas interestelares escritas sobre la partitura de tu piel, te aseguro que mi mayor pecado sería ser egoísta y no mostrarle al mundo entero lo que tu cuerpo sabe componer. Eres la musa de la flauta de Carlos Núñez, el sonido más agradable del piano de Ana Guijarro, un leve suspiro del arpa de Nicanor Zabaleta; soy un soñador confuso de la lírica, un niño enamorado de la narración con graves problemas de obsesión por la música. Somos dos jóvenes viviendo el presente mientras que nuestras mentes se encierran en un pasado ya casi inexistente, el tiempo sin duda es otra creación más del ser humano que sirve para medir cada beso que nos damos, cada milésima de segundo en la que mi corazón me susurra a gritos "no la dejes escapar, es tu oportunidad para ser feliz". El ayer me visitó en sueños y el futuro es algo incierto que estoy escribiendo en el presente; dime, ¿a dónde iremos a parar dentro de unos pocos meses?

He contactado con el cielo para pedirle a las nubes que dibujen tu silueta el 25 de cada mes, llámame loco pero es que contigo comprendí que lo imposible es posible si no lo intentas, si no te levantas del sofá apagando la televisión y encendiendo la imaginación. Cada verso escrito en cada estrofa de cada poema llevan tu nombre oculto, aprendí a leer entre líneas por ti y gracias a eso hoy te hago sonreír; cansado del llanto y del sufrimiento innato de mi vida me propuse escribir sobre la felicidad que ahoga mis poesías, entendí que nada es eterno si no se lucha contra un olvido que hizo desaparecer a todos los romanos.

Las lenguas muertas se convirtieron en el arte y en el principio del idioma que hoy en día hablas, la razón de la vida es el átomo acompañado de sus cohesiones y mi mayor pecado es el de todos los hombres. La sinfonía personificada en tu tono de voz es como la metáfora más valiosa para Víctor Hugo, ambas mantienen una relación con las mayores maravillas del mundo, y es que mientras el poeta amaba su lírica y el pueblo ama sus maravillas, yo te amo a ti.

Mi risa ahora se compone de tus labios, de tu roce, de tus suspiros en mi oído cuando mi boca aterriza sobre tu oreja... Básicamente eres el compuesto químico que me mantiene con vida, la enfermedad que me salva de la muerte y el medicamento eficaz contra el dolor muscular que me producen estas ganas de verte. Eres el soneto más trabajado de Garcilaso de la Vega, el cuarteto compuesto con las rimas asonantes y consonantes de mis labios en tu bajo vientre, y ahora es cuando admito perderme entre tus piernas llenas de pecados incandescentes. Eres la causa y la consecuencia de que hoy pueda narrar, orgulloso, que vencí por fin a la Diosa Pereza.

Un día del mes de marzo a las tres y pico de la mañana me acerqué a ti y te pedí salir, hoy temo por mi vida a causa de una gran guerra fría que se formó dentro de mí. Es duro, lo sé, pero me arrebataste la sonrisa al irte para jamás volver. Y confié sí, confié en tus pasos alegres y en tu forma de ser, en cada corchea con dos puntos de repetición en tu desnudez, confié en tus caricias, en tus poros, en tu piel; en un amargo suspiro recordado por un niño que ya no sabe quien es, un adolescente acompañado por tu ser que al parecer es mi fatiga crónica la cual ya no me deja ni ver. Confié nuevamente en un por siempre que siempre se acaba, el arte del ayer es la fuerza inesperada del mañana; gracias a ti aprendí a no caer, a levantarme porque ahora sí se que puede ser, que nada es lo que crees y que yo por fin ya te olvidé; sí, ya te olvidé mientras que tú te fuiste para jamás volver. 

CAMPO DE BATALLAWhere stories live. Discover now