Giro lentamente y mis ojos se posan en el hombre de la voz profunda, es moreno con preciosos ojos verdes, suelto todo el aire que había estado conteniendo y le sonrío, él me devuelve la sonrisa y me mira expectante.

–Entonces, ¿esa sonrisa significa que aceptas?

Pasa por mi mente decirle que no, pero luego me doy cuenta que estoy siendo demasiado paranoica, entonces con un ligero asentimiento accedo y tomo su mano.

Su tacto es frío contra mi piel, no me hace sentir nada, cuando posa su mirada en mí no siento aquel escalofrío que sentía cada vez que Stephen lo hacía, me preocupo pero finalmente lo dejo ir.

–Soy Luc, es un gusto conocerte...aún no me dijo su nombre bella dama–dice mientras me conduce a la pista de baile.

–Coralie–sonrío sin energía mientras su mano envuelve mi cintura.

–Un hermoso nombre para una bella dama–dice Luc con una sonrisa encantadora que no causa algún efecto en mí.

Me doy cuenta que Luc es el típico galán rompecorazones, justo el tipo de chicos que más odio, pero decido ser cortés y bailar con él hasta que esta ridícula y estúpida tradición acabe.

–Creí que esta fiesta se hacía para parejas o al menos para que asistieras con un acompañante, ¿por qué estás solo? –pregunto con curiosidad intentando crear un tema de conversación, Luc sonríe y levanta la mirada como si estuviera pensando en algo.

–No había nadie disponible, bueno...–dice haciendo una pausa y una sonrisa de felino ilumina su expresión–. Digamos que no había nadie disponible que ya haya probado–su mirada baja hacia mis labios causando que me sintiera aún más incómoda.

–Tienes un gran sentido del humor–miento mientras intento alejar mi cara de la suya.

–Lo sé–presume mientras su mano se desliza peligrosamente a la curva de mi trasero.

Entonces cuando estoy a punto de decirle que se aleje, lo veo, el momento es realmente corto, mis ojos se encuentran con los de él y al segundo ya no lo veo más.

Me congelo mientras escucho la canción At Last de fondo.

–Coralie, ¿está todo bien? –escucho la voz de Luc a lo lejos.

–Sí–digo rápidamente soltando su mano

–Bien, la canción terminó, ¿quieres ir afuera? –ofrece pasando su mano por su rizado cabello.

–Gracias, pero creo que ya es hora de que me vaya

Luc sonríe y desliza su mano en el bolsillo trasero de mis vaqueros y saca mi celular.

–Bien, ahora ya tienes mi número, espero te sientas feliz la próxima vez que escuches mi voz–dice seductoramente.

–Claro, debo irme, fue un gusto Luc–me despido agitando exageradamente mi mano.

Busco con la mirada a Kais pero no logro ubicarla, luego de recorrer casi toda la gigantesca casa la encuentro en un dormitorio al lado de las escaleras que dan al tercer piso besando a un chico de cabello rubio.

–Espero que estés disfrutando de eso chica genio–me apoyo en la puerta riendo.

– ¡Ey! Sólo yo puedo decir eso–grita Kais separándose bruscamente del chico –Ah, hola Coral, lamento que hayas visto todo esto, sé que te asusta el contacto entre humanos–me guiña un ojo.

–Debo admitir que tus gustos han mejorado–susurro observando al chico de cabello rubio.

–Claro, casi lo olvido, niña genio éste es Tobby, Tobby ella es la niña genio­

–Eh...hola niña genio

–Que graciosa Kais, ahora pensé que tal vez podríamos irnos ya que mañana tenemos que ir a trabajar–digo haciendo un movimiento con la mano indicando la salida.

– Podríamos al menos quedarnos cinco minutos

–Ahora Kais–digo enarcando una ceja

–Sigo diciendo que eres una aguafiestas, adiós Tobby–dice Kais caminando como una niña pequeña.

–Adiós Kais, adiós para ti también niña genio–dice Tobby alzando la voz.

Luego de llegar a casa, tomo una ducha caliente y me pongo mi pijama, luego me dejo caer pesadamente en el colchón para luego quedar profundamente dormida.

Al día siguiente la alarma me despierta, escucho el sonido de la ducha y sé que Kais ya ha despertado, bajo a la cocina para comer unas tostadas antes de irme a trabajar cuando Kais baja las escaleras más feliz de lo normal.

– ¿Todo bien? –pregunto

–Más que bien–dice Kais tomando un mechón de cabello rubio entre sus dedos.

– ¿Me lo dirás? –pregunto con curiosidad apoyando mis codos en la encimera.

–Pues digamos que ayer Tobby no fue el único con el que la pasé bien–toma una tostada y la muerde levantando las cejas repetidas veces.

–Bien, ¿y quién es el desafortunado? –bromeo, Kais me lanza un pedazo de tostada a la cabeza.

–Debido a que eres tan cómica no te lo diré–dice y toma otra tostada.

–Eres tan resentida–digo mofándome de ella.

–Te odio–dice Kais y me tira otra tostada.

–Eso no es cierto, yo sé que me amas–sonrío con suficiencia.

–Bien señorita simpatía, deberías apresurarte, ya estamos tarde para el trabajo–dice Kais caminando hacia la salida.

En el trabajo las cosas siguen igual, atender clientes, servir bebidas, lidiar con ricos y famosos, al final del día no siento mis pies, regreso a casa sola ya que Kais se excusó más temprano diciendo que se sentía mal.

Abro la puerta y subo hasta el baño para encontrar a una Kais muy arreglada haciéndose unos rizos.

­– ¡Niña genio! –exclama Kais emocionada. –Llegas justo a tiempo, tienes que irte–dice Kais dándome pequeños empujones.

–Espera, no entiendo nada–me sostengo del marco de la puerta para evitar que siga empujándome.

–Bueno, debido a que estuviste de bromista esta mañana no pude contarte que conocí a un hermoso chico ayer en la fiesta, justo antes de Tobby, bailamos, nos besamos y luego el me pidió una cita, así que decidí que sería mejor si cenáramos aquí, el aceptó y pues estará aquí como en...diez minutos–dice Kais mirando su reloj con un gesto de sorpresa

–Rayos, aún no estoy lista–dice con un gritito

– ¿Estás segura que no fuiste tú quién pidió la cita? –bromeo observando a Kais quien se mueve como loca por todo el baño.

–Cállate Miss Simpatía, no tengo tiempo para tus bromas–me señala con su peine

–Ahora, ¡largo! –grita dándome empujones hacia las escaleras.

–Bien, me iré, pero no hagas de esta una velada mañanera Kais, necesito dormir–levanto un dedo en señal de advertencia.

–Claro, ahora vete–dice Kais colocándose brillo labial.

– ¡Pásala bien! –grito desde abajo.

Tomo mi abrigo del perchero y abro la puerta, levanto la vista del suelo y me congelo.

–Stephen–llego a decir.



Hola chicos, lamento mucho la demora, por eso he subido dos capítulos, los quiero.


Frozen HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora