No recuerdo la última vez que salí con un chico a una cita, bueno a tomar una copa como lo llamó Stephen, ni siquiera sé que debo usar, como debo actuar, no quiero hacer algo ridículo o mandar un mensaje que me pondría en aprietos. Tengo miedo y la verdad es que no veo el por qué, Stephen me pone los nervios a flor de piel pero a pesar de eso me siento cómoda con él, como si lo conociera de toda la vida, además huele muy bien, tiene ojos hermosos, un cutis mejor que el mío y una sonrisa que te deja sin respiración.
Tiemblo como una hoja en época de tormenta, mientras me visto temo que Kais abra la puerta y me interrogue de la forma que siempre hace, lo peor es que soy como un libro abierto con ella, me conoce mejor que nadie y siempre sabe cuándo estoy mintiendo, bueno la verdad es que creo que incluso un desconocido descubriría eso, soy pésima mintiendo.
Me pongo una camisa de franela, unos vaqueros ajustados y unas Converse, me peino suavemente el cabello y me coloco perfume, luego con dedos temblorosos abro la puerta y camino sigilosamente hacia las escaleras, a esta hora Kais debe estar durmiendo ya que no tiene nada más que hacer, sin embargo cuando estoy a punto de bajar el primer escalón, la puerta se abre de golpe y Kais aparece con un tazón de cereales en la mano.
–Vaya, vaya–me examina de pies a cabeza mientras se lleva la cuchara a la boca– ¿Qué tenemos aquí?
–Nada, yo solo...iba a...bueno...iba...a...comprar a la tienda de al lado–consigo decir.
–Es una lástima que no exista una tienda al lado, ¿cierto? –se burla.
Bien, ha pillado mi mentira, hora del plan B, aunque ahora que lo pienso no pensé en ningún plan al salir de mi habitación.
–Iba a salir con alguien–confieso intentando controlar el temblor de mi voz.
– ¿En serio? –pregunta Kais entrecerrando los ojos.
–Ajá.
–Bien–dice mientras se lleva otra cucharada de cereales con leche a la boca.
¿Bien? ¿Eso es todo? ¿Ninguna pregunta vergonzosa a la que me niegue a contestar?
–Mmm...Ok–digo mientras juego con el dobladillo de mi camisa.
–Pásala bien–grita Kais cuando bajo por las escaleras.
Al llegar a la puerta de entrada del pequeño edificio diviso a Stephen apoyado en su auto. Levanta la mano en señal de saludo y se acerca a mí con las manos en los bolsillos.
Es tan guapo, me dan ganas de hacerle cosas indecentes aunque no sepa hacer ninguna.
Me recorre con la mirada y una sonrisa se dibuja en su rostro.
–Estás preciosa–dice y me vuelve a recorrer con la mirada.
–Gracias–contesto sonrojada.
–Bueno, pensaba llevarte a tomar una copa pero luego recordé que amas el café así que decidí que sería mejor ir al Starbucks, es tranquilo y muy relajante, ¿te parece bien? –pregunta con una ligera sonrisa.
–Claro–respondo.
–Genial–dice y entrelaza su mano con la mía, un fuerte escalofrío me recorre el cuerpo entero y doy un pequeño salto debido a la sensación, Stephen me suelta la mano y me mira con preocupación.
– ¿Estás bien? –me roza la mejilla con sus dedos y yo vuelvo a temblar, él retira la mano.
–Creo que estoy cargado de energía–se mira la mano y yo me echo a reír, él me mira desconcertado.
–Lo siento, es solo que tengo algo de frío–digo frotándome los brazos.
– ¿Frío? ¿En Julio? –pregunta desconcertado mientras se quita su chaqueta, me la pone en los hombros y me dirige hacia su auto con la mano aún en mis hombros.
Me siento mareada, estoy tan cerca y a la vez tan lejos de él, puedo sentir su calidez y el olor de su perfume.
Subimos a su auto y nos dirigimos al Starbucks más cercano, luego de sentarnos pido un Latte y Stephen pide un Frapuccino de Frambuesa.
–Entonces–comienza Stephen–Creo que tenemos mucho que hablar.
– ¿Así?
–Aquel día en que nos conocimos Coralie, las cosas pasaron demasiado rápido, ¿sabes? –dice mirándome con intensidad.
–Lo sé–respondo en un susurro.
–Cuando te vi sentada en esa mesa Coralie, yo...–deja de hablar cuando escucha nuestros nombres, recoge nuestras órdenes y luego se vuelve a sentar con su Frapuccino de frambuesa en la mano.
–Coralie–continúa–Al verte sentí algo que jamás había sentido en mi vida, sentí que volaba, mi corazón estaba tan acelerado que sentí que me daría un infarto en cualquier momento y yo, tuve mucho miedo Coralie, porque sabía que si me acercaba a ti estaría perdido, pero aun así lo hice y no me equivoqué.
–Stephen...–digo con la respiración agitada.
–No, déjame terminar–suspira–Cuando mi mano rozó la tuya sentí como si electricidad recorriera mi mano, me sentí extraño y luego en aquella fiesta cuando bailamos... yo sentí una conexión contigo Coralie, y después al besarte me volví loco porque supe en ese momento que eras tú Coralie, la chica que había estado esperando toda mi vida y yo...no podía creer que estuvieras junto a mí en ese momento, cuando te fuiste me sentí desolado Coralie, no sabía exactamente que te pasaba pero sabía que era algo malo y...luego yo te busqué por toda la ciudad pero no te encontré–suspira pesadamente y toma mi mano entre las suyas.
–Yo...–intento hablar pero no puedo, un nudo se ha formado en mi garganta.
–Cuando te vi en aquella fiesta con ese chico de ojos verdes estuve a punto de explotar...sentí ganas de asesinarlo, pero el verte Coralie, el saber que habías vuelto me detuvo, pero no tuve el valor de acercarme a ti, así que...me acerqué a Kais y le pedí una cita–admite avergonzado y me sujeta la mano con fuerza, la retiro bruscamente.
– ¿Qué hiciste qué? –pregunto irritada
–Lo siento Coralie, entré en pánico–sonríe y siento como todo mi enojo se va por la borda.
–Eso no significa que uses a mi amiga.
–Lo siento, arreglaré todo, lo prometo.
–Bien.
–Coralie, sé que aún tenemos esa conexión, sé que podemos ser algo más y yo...
–No–respondo de forma automática
–Coralie–susurra Stephen mientras intenta tomar mi mano, la retiro y la coloco en mi regazo, tomo un poco de mi Latte que ya está frío y recuerdo que no le puse azúcar.
Los recuerdos vienen a mí y me producen un fuerte dolor en el pecho.
<<Nunca podría querer a una persona como tú>>
Se repiten como un disco rayado, aquella frase, una Coralie más pequeña e ingenua llorando a mares y corriendo mientras la brisa le desordena el cabello. No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que Stephen me susurra suavemente.
–Coralie, está llorando–me dice con preocupación.
Lo miro, es tan guapo y sé que esa conexión que él afirma tenemos, está ahí y quizás esté ahí por siempre, pero no puedo arriesgarme, no otra vez.
–No puedo Stephen, lo siento.
Antes de darme cuenta estoy corriendo hacia la parada de buses más cercana mientras escucho la voz de Stephen a mis espaldas.
– ¡Coralie! ¡Detente! ¡Coralie! –grita Stephen a todo pulmón mientras corre intentando alcanzarme.
"Te odio" le digo a aquella persona que me rompió el corazón, "Me has arruinado".

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Frozen Hearts
RomansaCuatro letras, amor. ¿Qué es el amor? Algunos dicen que el amor es compartir, que el amor es dar todo de ti sin esperar algo a cambio, que amar es sentir que vuelas, que al amar te sientes completa, que el amor no es egoísta, no es temeroso, que el...