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Me voy enamorando

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Me voy enamorando...

Noviembre

Los obsequios han vuelto, justo como antes. Me sorprenden arreglos de flores, aperitivos y pequeños regalos que aparecen mágicamente sobre mi asiento en las clases. La diferencia es que ahora los recibo con una amplia sonrisa en mi cara.

-Esto es para ti-dice esa voz que no sale de mis pensamientos, entregándome un sobre mientras su gesto me saluda con alegría.

-Basta de obsequios -pido, mirándole hacia lo alto-. No voy a negar que me gustan, pero son demasiados.

-¿De qué sirve la vida si no es para compartir tus sentimientos con alguien más?

-Apaga tu filosofía conmigo -digo y me concentro en abrir el sobre. Él me mira impaciente, lo noto en su mirada. Suspiro cuando estoy a punto de descubrir lo que hay en el interior, y al verlo, mi boca se abre con sorpresa-. Alex...

-Sabía que estabas muy preocupada por él y...

Mis ojos empiezan a picar. No sé qué responder o cómo debo hacerlo.

-¿Cómo lo has... conseguido? -cuestiono mirándole como si hubiese logrado un milagro, y es que prácticamente lo es.

-Querer es poder, y yo en verdad quería que dejaras de estar triste por ese collar.

-Pero...

-Mantendré en secreto cómo lo he conseguido y tú te dedicarás a disfrutar de él. Cuídalo mucho.

Un trago amargo recorre mi garganta mientras cierro mi puño con el collar adentro y lo llevo hacia mi pecho.

-No podré agradecerte esto jamás.

-Claro que sí, de hecho, puedes hacerlo esta tarde -menciona con una extraña sonrisa en la que se muestran sus dientes.

Sonrío divertida.

-Debo avanzar un proye...

-¡Oh, vamos! No puedes negarte después de esto. -Señala mi preciado collar-. Paso por ti a las ocho en punto.

-Al menos dime a dónde me llevarás.

-Es una sorpresa, pero ve cómoda.

-Alexander...

La felicidad brota de él como si fuese un niño pequeño, se acerca a mí aceleradamente y deposita un tierno beso sobre mi mejilla antes de marcharse corriendo entre el pasillo de la facultad. No digo nada, una simple sonrisa se asoma mientras mi mano sube y acaricia el lugar en el que aquel tan preciado beso fue obsequiado.

 No digo nada, una simple sonrisa se asoma mientras mi mano sube y acaricia el lugar en el que aquel tan preciado beso fue obsequiado

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Cómo le rompí el corazón al amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora