Capítulo cinco

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— Cada quien buscará a sus abogados, ¿de acuerdo? Por favor, no metamos a nuestros hijos en esto al menos que el juez lo ordene. — Ariana informó, Harry asintió. Ambos estaban en el carro, estacionados frente a su casa, sin salir.

— ¿Entonces un mes para divorciarnos? — Harry pregunta con su vista hacia el frente.

— Si. — respondió Ariana. Tenía en sus brazos a su pequeña hija, quien se encontraba dormida.

— Bien.

— Como digas. — Ariana rodó sus ojos.

— ¿Por qué tienes que ser tan dura? Maldita sea. — dijo entre dientes, se volteó a verla, ella le miró ofendida.

— ¿Yo? No me hagas reír. Tú eres el culpable de todo esto.

— ¡Tú fuiste la que empezó con lo de el divorcio! — alzó la voz.

— ¡¿Creíste que quería pasar mi vida con alguien que se la pasa en el trabajo, que prefiere aumentar las horas de trabajo para mejor sueldo, y que no le importa su esposa?! Además, ambos estuvimos de acuerdo — Ariana le gritó de vuelta.

— Primero: No prefiero el trabajo, sabes que mi familia es primero. Segundo: Aumento las horas para darles lo mejor. Y tercero: Me importas Ariana. — le respondió serio.

— ¿Y también a tu jefa no? — dejó de verlo.

— ¡¿Qué tiene que ver eso?! ¡Mi jefa está casada por si no sabías! ¡Ni siquiera me importa ella!

— ¡Y yo soy ciega!

— ¡Ariana!

Darcy empezó a llorar. Ariana susurró cosas bonitas para Darcy, para que ésta volviera a dormirse. Harry negó para sí mismo. Cogió el portabebés y salió del auto. Ariana también salió, yendo detrás de su esposo, cargando a su bebé, quien ya había parado de llorar.

Ambos entraron a su casa. Anne estaba viendo aún la televisión, mientras que Mason estaba recargado en su abuela, dormido. Harry saludó con su mano a su mamá, dejó el portabebés en el suelo y cogió a Mason en sus brazos. Anne se levantó y se despidió de Ariana y Harry. Éste, decidió ir a dejar a su hijo a su habitación para recostarlo. Entró a la recamara de su niño, esquivando los juguetes que había en el suelo, y luego de eso, recostó a Mason. El niño abrió los ojos y al ver a su papá, sonrió un poco.

— Buenas noches, campeón. — susurró Harry, e iba irse, pero Mason lo detuvo.

— Espera papi, ¿mañana podemos salir? — rogó, con sus ojitos llenos de esperanza y sueño.

— Por supuesto. Tú y yo mañana, ¿de acuerdo? — dijo Harry con una pequeña sonrisa.

— ¡Hecho! Te quiero papá.

— Yo también te quiero, Mason.

Harry apagó la luz de su cuarto, para luego prender la lámpara de noche, y así irse. El pequeño Styles cerró sus ojitos. Se sentía tan contento, moría de ganas para que fuera mañana y pasarla con su papá. 

Life Was | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora