Capítulo seis

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En la tarde, Harry se encontraba tomando de la mano a su hijo, ambos caminando por el parque. Después de un rato caminando y hablando sobre superhéroes de Marvel, Harry optó por comprarle una nieve a su hijo en uno de esos pequeños puestos que vendían alrededor. Regresaron al parque y ambos se sentaron en una banca.

Mason estaba muy feliz por pasarla con su papá después de mucho tiempo sin hacerlo. Aunque le hubiese gustado que su mamá y su hermanita estuvieran con él, pero bueno, no se quejaba. Él sentía que él y su corazón estaban muy felices. 

— Papi, ¿verdad que mamá es muy hermosa? — preguntó Mason con inocencia, su padre se volteó a verlo, él sonrió levemente hacia su hijo.

— Claro que lo es. Es la mujer más preciosa junto a tu hermanita Darcy.

— ¿Y yo no soy hermoso? — hizo un puchero. Harry rió levemente.

— No, tú eres guapo. Al igual que yo, claro. — bromeó, haciendo reír a su hijo.

Harry de poco a poco quitó su sonrisa. Amaba a sus hijos, no quería alejarse de ellos. No le gustaría ser ese tipo de padres separados que ven a sus hijos los fines. Él quería verlos crecer cada día. Aunque sabía que Ariana le permitiría verlos un rato todos los días, no era suficiente para él.

— Papi, ¿tú quieres a mami? — Mason miró su helado ya un tanto derretido. No podía dejar pasar esa pregunta. Su mamá le dijo que los ama, ahora le toca escucharlo por parte de su padre.

— Claro que la quiero, Mason. — respondió Harry un tanto asombrado por la pregunta.

— Genial. Ayer mamá me dijo que te quería. — Mason miró los ojos de su padre. Él vio como los ojos de su padre se iluminaron al instante.

— ¿En serio? — preguntó un tanto inseguro. Mason asintió con su cabeza y Harry sonrió sin mostrar su dentadura. — Aunque si un día ella te pregunta si la quiero, tú dile que la amo.

— ¡Está bien! — sonrió contento para después darle una lamida a su nieve.

Mason estaba muy aliviado. Se quieren ambos y la palabra divorcio parece ya no existir en la mente del pequeño. En cambio Harry, él no dejaba de pensar en las palabras de su hijo. Harry creía que Ariana ya no lo amaba. Ella le demostraba tanta indiferencia y odio que le hizo creer a su esposo que el amor ya no existía en ellos. Pero le llegó la idea de que tal vez le dijo eso a Mason para que su hijo no se sintiera mal si le decía que no lo quería. Sin embargo, Harry fue muy sincero al decirle que en verdad la ama.

— Oye papá, ¿me puedes contar la historia de cómo conociste a mami? — su hijo le preguntó con una tierna sonrisa.

— ¿De nuevo? Ya te la he contado. — sonrió, dándole una acaricia en la cabeza.

— Pero quiero oírla otra vez — rogó, frunció sus labios en un puchero. Harry rió un poco y apartó su mano de la cabellera de su hijo para así jugar con los anillos de sus dedos.

— Bueno...— suspiró, vio el suelo — Fue un Octubre, para ser exactos un 12. Estábamos tu tía Gemma y yo en Disneyland. Yo no quería ir porque pensaba que era un lugar tonto, pero tu tía insistió mucho y no tuve otra opción más que acompañarla.

— ¡Papi pero Disneyland es lo mejor! Fuimos de vacaciones ahí cuando cumplí un año — Mason reprochó.

— ¿Cómo te acuerdas, eh? Tú aún estabas muy pequeño — preguntó Harry divertido.

— No me acuerdo... ¡pero vi las fotos en el álbum! yo tenía unas orejeras de Mickey en la cabeza — contestó con una sonrisa en el rostro — ¡Bueno, sigue con la historia!

Harry sonrió — Bueno. Después de un día tan soleado, de caminar mucho, y juegos, la noche llegó y tu tía Gemma insistió en que fuéramos a ver la magia del show de luces y pirotecnia del Castillo en Disneyland. Gemma estaba a un lado de mí gritando muy emocionada, mientras que yo estaba con mi cara de aburrimiento. La gente gritaba de felicidad y emoción al ver los juegos artificiales. Recuerdo cruzar mis brazos, ya algo estresado. Giré mi cabeza a un lado por pura curiosidad, en ese momento vi a una chica muy guapa y con una sonrisa muy feliz del otro lado de mí. Ella miraba con admiración todas esas luces, y yo la estaba viendo a ella. Creo que sintió que alguien la miraba porque se volteó a verme. Nos quedamos así por un rato hasta que Gemma me habló para ya irnos. El show terminó y yo no me había dado cuenta. Sin querer hacerlo, me fui. Pero no podía dejar de pensar en aquella chica. Gemma me hablaba sobre el show pero yo no la escuchaba por estar perdido en mis pensamientos. No quise dejarla ir porque sabía que con tanta gente no volvería verla. No le dije nada a mi hermana y me fui en búsqueda de ella. Al momento de ir a donde estábamos, no la vi. Estaba tan confundido al no verla. Me sentí algo triste, y cuando decidí irme, topé con alguien y derrumbé su bolsa de palomitas de maíz. Yo me disculpé y al ver que era ella, no pude evitar sonreír, aunque también me sentí un poco avergonzado. Ella rió y dijo que no pasaba nada... En ese momento le dije; me llamo Harry, un gusto.

— Y yo me llamo Ariana — dijeron al mismo tiempo. Mason se sabía muy bien la historia. Harry sonrió con nostalgia.

— Y a partir de ahí todo cambio. — añadió Harry con una pequeña sonrisa.

Harry miró a su hijo, éste sonreía aún. Su padre miró como la nieve chorreaba en la ropa de Mason, así que le quitó el cono ya remojado por la nieve, y le ayudó a quitarle el exceso derramado.

— Perdón papá — dijo él con los ojos llorosos. Pensó que su papá le regañaría, pero en cambio, Harry negó con una sonrisa.

— Vamos a tirar ésto y nos vamos a casa, ¿sí? Necesitas bañarte y cambiarte. Así que venga, vamos.

Ambos se pararon de la banca y Harry tiró el cono en el basurero y ambos se fueron hacia su hogar. Harry no quería imaginarse lo que sería tener que marcharse de su casa y ya no poder ver a sus hijos y Ariana.

Life Was | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora