Castigos por parejas.

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Capítulo 5: Castigos por parejas.

Raúl.

Habíamos estado en clase, y sin yo tener culpa de nada, me había ganado uno de los castigos más grandes de mi vida. Como dicen siempre hay una primera vez para todo, y esta era la primera vez que no me castigaban por mi mismo, y para remarcar bien la odiosa situación, es que yo, según el señor Doberman, era el que más culpa tenía por tener todas mis hormonas revolucionadas. ¿Qué me estaba contando?.

-¡Ha sido la clase más vergonzosa en la que he estado toda mi vida- Diana, quién estaba a mi lado, por fin se animó a hablar. Al parecer se veía muy molesta, pero el que debería estar molesto aquí, debía ser yo.

-No, yo eso no me lo creo, tú haz memoria verás como encuentras otra mucho más vergonzosa- dije fastidiándola.

-Deja las bromas, ahora, en serio. No estoy de humor. ¡Nos han pillado!. Y encima el tonto de la escuela, ¡todo por vuestra culpa, por mal interpretar lo que había escrito- Continuó aún más enfadada. ¡¡No lo pagues con migo, que bastante tengo con todo esto...!!.

-¡Oye, que yo no tengo la culpa de que quieras contarnos que te has... acostad- Solté una carcajada al ver lo que Susana iba a decir. Ella era una de esas personas que no tienen 'pelos en la lengua'.

-¡Susana!, Que yo no he hecho n-a-d-a con nadie.- Y mi risa aumentó. Si ella supiera...

De nuevo el peso que sentía en mi pecho se intensificó. Ojala ella supiese.

-Clarooooo- Canturreó.- Aquí nadie a jugado con Raúl- Siguió cantando sarcásticamente.

Susana siempre con lo suyo”- Pensé.

-¡En serio! Parad... ¡Joder, que no me he acostado con nadie, que no he hecho nada!. Bueno si,o romperte la nariz, pero eso no viene a cuento, ya os explicaré eso después del castigo.- Caminó apresuradamente al despacho del profesor.

Quería enfadarla más, aunque yo no estaba molesto por todo el asunto de la toalla ni nada de eso, incluso me daba igual lo que la gente pensase, pero me gustaba verla molesta, era una de sus facetas que más me gustaban.

-¡Oye!, mira por donde caminas, idiota- La sujeté del brazo y fingí ponerme serio- ¡Diana!, Con tigo quiero yo hablar- La sostuve mas fuerte- ¿Se puede saber por que narices has ido diciendo por ahí que tu y yo... dormimos juntos?- Pregunté fingiendo intriga- Se que eso pasa muy a menudo en tus sueños, pero debes de dejar de confundirlos con la realidad.- Me fijé en que sus ojos brillaban y su mirada era extraña.

Diana.

Lo que más me extrañó de todo esto, es que Raúl no parecía quererme matar ni nada por el estilo.

-Y-yo no he dicho nada de eso. ¡Son esas dos imbéciles que lo han malinterpretado todo!- Le agarré por los hombros y lo zarandeé- Yo solo les conté lo de esta mañana y se me escapó, bueno no se me escapó porque no había nada que ocultar, que casi se me cae la toalla...- Me estaba empezando a sonrojar- Y ellas lo han mal pensado, y se han puesto a susurrar entre ellas y después me han pasado una nota y pues, bueno a partir de ahí ya lo sabes todo.- Miraba al suelo, odiaba estas situaciones, creo entre lo de esta mañana y ahora me había llegado a sentir más avergonzada de lo que lo había estado en toda mi vida.

Maldito día”.

-Si ya bueno, pues por tu enorme bocaza, ahora estamos castigados, y haber, déjame pensar; ¡ah si, media clase piensa que tu y yo estamos liados!- Bufó tan fuertemente que retumbó por los pasillos- Mira, yo, también lo siento, por mis ganas de pelear ha pasado lo de esta mañana, y bueno, casi te veo desnuda, cosa que me gustó-Un escalofrío me recorrió de arriba abajo, pero solo me concentré en el golpe que le pegué.

¿Acaso quiere que le rompamos de nuevo la nariz?”

-¡Chicos!.- Genial, mi lenta tortura recién empezaba- Ahora mismo a mi despacho- ordenó el señor Doberman- ¡Hablaremos de los castigos ahora mismo- Entremos y empezó a soltar un discurso interminable- Los castigos serán por parejas, y tengo pensado uno muy bueno, para vosotros- Nos señaló. Y con 'nos' me refiero, como no, a mi y a Raúl.- Ya que os gusta jugar y contarlo, os divertiréis con este castigo.- Esa frase me dió mucho miedo, tanto que sentí frio.

Raúl.

¿Se está burlando de nosotros?”´-Pensé mientras caminaba. Odiaba esto. No el hecho de que tuviese que hacer 'a saber qué', no. Era el hecho de que me pusiesen con Diana. Tenía miedo de que aquello que tanto me aterra se haga realidad. ¿Qué podría hacer yo ante ello?.

Esto solo se podía definir de una manera, como algo muy cruel. El destino siempre se había ceñido con migo, me lo había demostrado muchas veces, pero esto ya era demasiado.

Y también estaba el asunto que me llevaba molestando mucho tiempo. Concretamente desde la última vez que hablé con mis padres en persona, antes de que ellos se fueran.

-Cariño, sabes que a Diana le hará bien que os quedéis solos, quizás haya algún avance, ¿No quieres eso?- La imité en mi cabeza.

¡¡Claro que quería que hubiese un avance!!, pero me daba mucho miedo. Quiero decir, ella me odia, o algo muy próximo a eso, ¿Cómo no iba a aterrar que algo como 'eso' ocurriece?

Suspiré y seguí al profesor, ya que mi tortura empezaría en unos segundos.

Lo que nunca me imaginé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora