Amado Y Perseguido ©

17. Te amo.

Mi mente dio un vuelco al igual que mi corazón. Por alguna razón no sentí la cama y solo en frente de mi pasaron imágenes de cosas desastrosas que podían estar haciéndole a Adam.
-Abuela...-volvi a ver su rostro que ahora se encontraba angustioso. Mire por todos lados tratando de buscar algo que podía hacer, pero nada apareció.
-Clary, la policia ya lo está buscando pero necesitan que vayas inmediatamente a la comisaría. Tienen que preguntarte algunas cosas.
-Claro claro-me levante para ponerme los zapatos. Mire la hora. 9:45pm
Pasos largos se escucharon en la escalera. Supe que era Steve.
-Mis mujeres-dijo alegre. Se fijó en nuestros rostros y supo entonces que algo andaba mal -¿Qué pasa?-preguntó de inmediato poniéndose rígido en la puerta.
-Adam está desaparecido. Tengo que ir a la comisaría-termine de amarrar mis cordones y empuje a Steve a un lado.
-¿Cómo que desaparecido?-no conteste-¡Clary!
-Pues que se lo llevaron. No esta. Hoy tenía que hacer unas cosas con su hermana y ahora se esfumó. ¿Entiendes?-dije casi gritando.
-Te acompaño. Abuela, volvemos pronto-dijo Steve.
-No quiero que me acompañes. Quiero que ella lo haga. Estoy cansada de ti-tome las llaves del auto pero él se apresuró para taparme la salida.
-Deja tu orgullo a un lado, hermanita. Este es el peor momento para que aparezca-me arrebato las llaves y tomo mi brazo fuerte sacándome de la casa.
-¡Suéltame imbécil!-grite enterrándole mis uñas pero él parecía no retroceder.
-¡Claire Redmond!-gritó mi abuela.
-Dile que me suelte y no lo insultare-Steve se detuvo y miro hacia atrás.
-No. Irás con tu hermano. Yo me quedaré-mire a mi abuela indignada-Compórtate como la mujer que eres. Deja de actuar como una niña. Te amo
-Yo igual-dije con un poco de rabia.
Steve no me soltó hasta cuando entre al auto. Luego, arrancó.

Steve manejaba y escribía en su celular al mismo tiempo, al momento de ir por la avenida principal.

-¿Puedes fijarte en el camino?-pregunté incomoda.
-Cállate. Pones problema por subir y ahora quieres darme órdenes de como manejar mi auto-su tono superior me rebajo hasta el suelo y me quedé callada.

Steve ese día lucia particularmente guapo. El pelo desordenado como siempre. Una chaqueta de cuero café, blue jeans y una camisa verde oscura por debajo. Los ojos verdes no paraban de moverse. Del celular a la carretera, repetidas veces.

-Deja de mirarme.
-Puedo hacer lo que quiera con mis ojos-conteste.
-Se que estoy muy bueno-río burlón.
-No puedo negar eso.
-¿Qué dices? -me miro un segundo y bloqueo su celular.
-Creo que observarte es la única forma de no pensar en Adam. Perdona-y volví mi vista hacia la carretera.
-No importa. Tú también estás muy hermosa-dijo el. Mi autoestima subió unos milímetros-¿Qué te dijo la abuela?
-Simplemente alguien de la comisaría llamo y dijo que Adam esta desaparecido.
-¿Y por qué te avisaron a ti y no a su novia?-preguntó
-Porque yo soy ella-sus ojos se abrieron
-¡Qué! ¿Desde cuándo?
-desde ayer en la noche. Después de que nos fuimos de la casa de Owdrie.
-¿Y como fue?-preguntó emocionado.
-Pues...-Pocas veces podía ver a mi hermano lo suficientemente entusiasmado con lo que le contaba. No dude en decirle-Le confesé mi amor creyendo que estaba dormido. Y me escucho.
-Típico. Se hace el dormido-río-Me alegra

Todo quedó un momento en silencio.
-¿Y tú y...Owdrie?-el me miró de reojo y se puso serio.
-Tu amiga realmente me interesa. Es muy hermosa y su personalidad me atrae, Clary. De verdad que no quiero jugar con sus sentimientos. Te lo juro
-Te creo, Steve. Nunca habías pasado todo un día con una chica- el asintió.
-Así es. -Steve parqueo, junto en la entrada-Vamos.

***********
-¿Y a qué horas lo vio por última vez?-preguntó el oficial en su escritorio.
-Seis y media, un poco después-dije nerviosa.
-Señorita Redmond, quiero aclararle que en estas situaciones, deben tener la mente abierta todos los familiares y parejas de las personas. Espero que entienda que es un proceso largo hasta que aparezca y no quiero darle ninguna expectativa-asentí.
-Entiendo perfectamente.
-Su novio dejó claro antes de desaparecer, que a la primera persona que llamáramos fuera a usted. Por eso está aquí.
-Si, sí señor.
-Bien. En cuanto sepamos algo sobre el, le avisaremos. Lo único que puede hacer, es orar-se levantó de su escritorio y fue directo hacia la puerta. Yo solo asentí.

Me sentía impotente. ¿Cómo que eso era lo único que podía hacer? Quería encontrar algo. Quería buscar a mi novio.

Mire por todos lados. Hasta que lo vi hablando con una rubia que no dude quién era.
-Clary-dijo Owdrie mientras se tiraba a abrazarme. Tenia puesto un vestido gris y lucia un nuevo arete.
-Hola-me separe de ella-Salgamos

En cuanto estábamos afuera ella habló:
-Clary, de verdad lo siento. Debí decirte todo acerca de Steve y yo. Él es tu hermano, merecías saber.
-No sé cómo suene esto, pero no me importa la relación entre tú y mi hermano en este momento. No me importa si no me contaste. Creo que ya estás enterada de lo que pasa entre Adam y yo-ella asintió-Creo que es mejor que te vallas. No tengo ganas de hablar con nadie-empecé a caminar al carro.
-Antes, quiero preguntarte dos cosas-voltee ya recostada en el auto-Uno: ¿Sigo siendo tu amiga?
-La mejor que tengo-respondí sin dudar
-Y dos: ¿Me perdonas?
-Como no hacerlo-respondí con una sonrisa. Ella lo hizo igual.
-Te quiero
-Yo igual.

Se despidió de Steve con un beso en la mejilla y se alejó sin decir más. Los te quiero de Owdrie eran escasos y me daba tristeza saber que solo podía escuchar uno en tales circunstancias.
-No debiste llamarla-le dije a Steve cuando se subió al auto.
-No digas nada. Se reconciliaron-prendió el motor
-Te quiero mucho, Steve-el me miró y sonrió.
-Yo te amo, hermanita. Eres esencial en mi vida-estiro sus brazos y me acurruqué en ellos.
-Te amo-y solté las cascadas de impotencia y lágrimas que llevaba adentro desde que mi abuela me llamo en la cama.