02; hoy moriremos, ¡esa es mí bebé! y agárrenme qué me desmayo.

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LILIANNE JACKSON.

Me desperté gracias a que el sol entraba fuertemente por la ventana, dándome exclusivamente a mí en el rostro. Me sentí cómo en una película romántica, a la cuál sólo quería decirle.. Puto Apolo. (Sólo bromeo Apolo, eres la onda hermano de otra madre, no me hagas pollo frito por favor).

-Ya, Apolo. -murmuré contra la almohada, me limpié la baba y con pereza me levanté. Tomé la ropa que usaría. Me levanté de mi cama y me dirigí al baño a darme una larga ducha.

Una vez salí casi completamente lista, noté que se encontraban mamá junto a la tía Ellie en píe. Ellie es buen apodo para Ella, ¿no?

-Mamá, ¿puedes peinarme? -como era de esperarse, mamá me miró confusa, pero finalmente asintió con una sonrisa. La mayoría del tiempo lo pasaba con mi cabello suelto, quizá por eso le pareció extraño.

Un grito ahogado llenó la estancia.

-Mamá, hoy moriremos. Ronnie se peinó. -comentó burlonamente Luke desde el umbral de la puerta, con una sonrisa en sus labios, el cabello alborotando. Tenía los ojos somnolientos.

Todos solían llamarme Lili, lógicamente por acortar mi nombre, ese era el diminutivo. Sin embargo, únicamente Luke junto a papá me llamaban Ronnie, por mi segundo nombre, el cual era Verónica.

-Yo peinada me veo bien, tú ni peinado te quitas lo feo. -le saqué la lengua, riéndome luego mientras veía por la ventana de la cabaña a los campistas comenzar a salir de sus cabañas.

[•••]



-Nos queda sólo un pastel de todos los que envió la abuela.

Miré a mi hermano frunciendo las cejas, quién me devolvía una mirada desafiante, achinando los ojos. Gruñí extendiendo mi mano al mismo tiempo que él, y comenzó una guerra de piedra, papel o tijera.

-Maldita conexión. -nos quejamos al mismo tiempo, notando que cada vez que escogíamos algo, resultaba ser lo mismo que escogía el otro-. No me copies. No, tú no me copies. Yo no te estoy copiando. Sí, me estás copiando.

Rodamos los ojos al mismo tiempo, dejando nuestra guerra de lado, apresurando el paso hacía el comedor molestos.

Podía escuchar las poco disimuladas carcajadas de nuestros padres detrás muestra e inevitablemente sonreí, dejando de lado mi enfado. Mis padres junto a mí hermano lo son todo para mí, siempre lo serán. No sabría que hacer si ellos. Haría lo que sea por ellos. Y cuándo digo lo que sea es un lo que sea total. Hasta dar mi comida.

Exacto, así de intenso.

Pensé en lo qué quería desayunar.

Mamá levantó la ceja-No comerán pastel en el desayuno.

Resoplé. Finalmente pedí galletas junto a un vaso de leche, un plátano y dos manzanas. Me acerqué a la fila para hacer la ofrenda con ambas manzanas en una mano y en la otra el plátano. Lo demás lo había dejado en la mesa de Poseidón. Cuándo fue mí turno con un poco de dificultad lancé la primera manzana.

-Para Poseidón, mantente cool abuelo. Tú sabes. -lancé la otra manzana-. Para Atenea, perdí paletas por tú culpa abuela, pero de todas formas, tenemos que dar para recibir. ¿No es así? Me salió en una galleta de la fortuna. Te regalo una jugosa manzana. -finalmente lancé el plátano, alzando una ceja-. Para Apolo, gracias no gracias por despertarme.

Me senté a comer.

-¿Qué Dioses soñaste anoche?

-Eh bueno, verás, en mi sueño pasó que...

¿2da generación? ; PERCY JACKSON. [EN EDICIÓN, PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora