¿2da generación? ; PERCY JACKSON. [EN EDICIÓN, PAUSADA TEMPORALMENTE]

04; embrujahabla, sueños y Las Vegas bebé.

Hace unos 15 o 20 minutos habíamos emprendido nuestra marcha en búsqueda del talismán. Sí lo pensaba bien, unos 30 minutos quizá.

Sí, hoy era sábado.

Eran específicamente las 9 AM. Nos habíamos levantado a las 6, habíamos desayunado a las 7 y salimos del campamento tipo a las 8:30. ¿Pueden creerlo? Mamá logró sacarme de la cama a las 6 AM, diciéndome que debía prepararme con anticipación (mucha anticipación, Annabeth Chase, mucha).

La despedida había sido lo peor.

Suspiré mientras observaba el folleto con las horas en las que salían los buses junto a sus direcciones. Sí, estábamos en la estación de buses buscando algún bus (duh, ni modo que un avión) que nos llevara o dejara cerca de Las Vegas. ¿Era posible? Yo que sé, los adultos de seguro saben, ellos siempre saben todo... Bueno, al menos mamá sabe todo. Se preguntarán, ¿porqué iríamos a Las Vegas? ¿No debíamos ir a Egipto? La respuesta es sí, debíamos. Pero, antes iríamos a Las Vegas a encontrarnos con Apolo. Ya luego desde ahí nos iríamos en pegasos hasta Egipto. Y si también se preguntan por Apolo, bueno, no sabemos el porque nos mandó a llamar desde ahí. Creo que esta "vacacionando" ahí o de hiatus como le dice él. En fin, el Dios vago no quiso ir al campamento, así que debemos ir nosotros.

Le pesa el trasero de haber ido al campamento, sí puede hacerlo en segundos. ¡Qué descaro!

La gente nos veía raro y eso me molestaba, digo...

Solo éramos dos niñas junto a un niño con grandes mochilas, la ropa un poco sucia, también algo rota, solos en la estación. Nada fuera de lo común, vamos amigos, esto es América... Es América, ¿no? No sé, me salté la clase de geografía. Bueno, dejando eso de lado, nuestra ropa estaba así porque no habíamos ni cruzado la calle y ya nos habían atacado unas cuántas furias.

Suerte nivel: nosotros.

—¡Eh, aquí hay uno! ¡Un autobús! ¡Directo a Las Vegas! —sonreí ampliamente enseñándole a los chicos el folleto, tras haberlo leído con dificultad por unos minutos—. Pero sale en 6 horas. ¿Qué haremos 6 horas aquí?

—Primero que nada, vayamos por los boletos. —Peter y yo asentimos ante el comentario de Chloe y todos juntos nos encaminamos hacía la taquilla de pasajes.

—Bien, habla tú Chloe. —susurró Peter hacía Chloe. Esta asintió relamiendose los labios, luego aclaró su garganta llamando la atención de la cajera, que nos miró alzando una ceja.

—¿Qué quieren, niños?

—3 boletos hacía Las Vegas, por favor.

Comenzó a reírse, de nosotros, en nuestras caras. ¿Qué? ¿Teníamos pinta de estar bromeando? La miré molesta mientras me cruzaba de brazos. Peter junto a Chloe sólo fruncieron el ceño.

—¿Ustedes? ¿Las Vegas? Claro, seguro que sí. Ya niños, no tengo tiempo para boberías.

La miré aún más molesta. ¿Quién se creé que es? Que pésimo servicio.

—Escúchame, cariño, yo no soy la que está detrás de un vidrio vendiendo boletos. ¿Lo entiendes? así que danos nuestos jodidsgjrknmk. —Peter me tapó la boca con su mano, luego me obligó a alejarme de ahí mientras que yo, sólo me movía como gusano intentando escapar de sus brazos.

Al minuto, Chloe se acercó a nosotros con una sonrisa triunfante mientras agitaba los boletos como si fueran lo mejor del mundo.

Sólo le faltaban los lentes de sol oscuros, el viento agitando su cabello y la cámara lenta.

—¿Embrujahabla? —preguntamos al unísono con Peter.

Oi.

—Embrujahabla.