¿2da generación? ; PERCY JACKSON. [EN EDICIÓN, PAUSADA TEMPORALMENTE]

Venganza, ¡como tu ahora! y diles...

Dominique.

Volteamos lentamente, ahí estaba el, el idiota hijo de Nike, con un séquito de seguidores, de él.

.— Admito que destruir todas mis criaturas fué algo...mm, inteligente, pero tonto a la vez. —comentó el, hablando lentamente mientras caminaba dando círculos alredero nuestro— porque eso no impedirá que destruya el olimpo, no no no. No lo hará.

.— ¿Qué es lo qué quieres? —Bramó Luke molesto— ¿cuál es el punto de hacer ésto? ¿porqué querrías?

.— Venganza, nieto de Hades. —lo miró fijamente mientras hablaba, Luke no apartó la mirada. De echo, su mirada se oscureció— Mi madre merece estar en el olimpo, ¡gobernar! Ella es la diosa de la victoria, no Zeus, no Hades, no Poseidón. —nos miró a mí y a Nate al decir eso— Ella lo merece más que ésos imprudentes, idiotas, estúpidos...

.— Idiota y estúpido es casi lo mísmo, o sea, ¿qué onda no conoces más palabras? —Solté.

El me fulminó con la mirada y prosiguió.

.— Dioses. —dejó de andar, mientras nos volteaba a ver— No lo merecen, no son dignos.

.— ¿Y porqué tienes a Chloe y Cody? —Intenté mantener la charla, pues Luke y mí hermano habían echo un viaje sombra en busca de los Grace, llevándose a Peter con ellos. Claro que el no lo había notado debido a la oscuridad. Me acerqué a el, mirándolo fijamente— son inocentes, cualquier cosa que hayan echo los dioses hacía tú madre o algo por el estilo, no tiene que ver con Chloe y Cody. Sólo tuvieron la mala, buena, como prefieras decirle, suerte de ser nietos de Zeus y Afrodita.

.— Ellos le darán el poder, ¡Ellos lanzarán los rayos que despertarán a los titanes! —Empalidecí. ¿Titanes? Titanes, titanes, ¡Titanes!. Aun así, mantuve la compostura— son más poderosos de lo que creen, cómo tú y tú hermano. ¡La hija de Hecate!

.— ¡No la nombres! —gruñí ferozmente. El me ignoró.

.— Lástima que murió.

.— ¡Como tú ahora! —Exclamé y una lucha comenzó. Los aliados de el comenzaron a aparecer mientras que nosotros luchabamos como podíamos, a diestra y siniestra, usando nuestros poderes al máximo. Todo ruido eran gritos, quejidos, choques de espadas entre otros sonidos indescriptibles.

Mi mente trabajaba al máximo mientras luchaba con el. Era un buen espadachín, lo admitía, jamás en voz alta pero lo hacía. Lancé una estocada, el lanzó otra, esquivé y golpeé, el esquivó y golpeó. Todo era una repetición de movimientos mientras intentaba que los otros semidioses que se unían no me lastimaran, sí seguía así todo se iría al caño, no podía con tantos.

Lo siguiente sucedió en cámara lenta. Mi cuerpo dejó de tocar el suelo, a la vez en la que salía proyectada hacía atrás cayendo de boca al suelo debido a la explosión. El barco había explotado, el fuego griego había funcionado.

Abrí mis ojos con pesadez, todo se veía borroso. Era polvo y más polvo. Mis oídos estaban tapados, sólo oía un irritante pitido amortiguando los demás sonidos que se escuchaban lejanos. Ya sean gritos, quejidos, los últimos sonidos de las bestias y aliados del hijo de Niké. Dejé caer mí cabeza al suelo golpeandola en el proceso, todo mí cuerpo dolía debido al impacto, una nube de polvo cubría el lugar y diversas llamas se podían distinguir.

Me levanté, con toda la dificultad del mundo pues mis brazos dolían y temblaban debido al esfuerzo y observé como poco a poco mis amigos se levantaban. Sonreí, fué entonces cuando lo oí.

.— ¡Dominique cuidado!

Volteé asustada sólo para encontrar a el hijo de Niké venir con velocidad hacía mí, con su espada apuntandome.