¿2da generación? ; PERCY JACKSON. [EN EDICIÓN, PAUSADA TEMPORALMENTE]

10; bus, piso 600 y no hagas nada estúpido.

Desperté debido a unas bruscas sacudidas. Podía distinguir voces a la cercanía la vez que mis ojos se acostumbraban a la luz y me levantaba quedando sentada... en algo extrañamente acolchado.

Parpadeé hasta aclarar mi vista y realmente me sorprendió, a su vez confundió, ver que me encontraba en un asiento de Bus turístico.

—¿Qué sucedió?—-mi voz sonaba seca, como si no hubiese hablado, ni bebido agua por varias horas.

—¿Recuerdas qué Mia es hija de Hécate? Pues hizo un extraño hechizo mientras estabas inconsciente y nos trasladó desde el desierto hasta una estación de buses, hace unas pocas horas. —Chloe fué la primera en darse cuenta de que había despertado y habló—. Hace poco tomanos este bus.

¿Podía una pequeña de 8 años hacer tal hechizo?

Ñeh, da igual, al menos ya no estamos en el desierto.

—Estamos en un bus turístico, la última estación es el Empire State. —Peter fue quien habló esta vez—. Estuviste inconsciente por horas, curamos tus heridas. ¿Cómo te sientes?

—Oh. —fue lo primero en salir de mis labios mientras acomodaba los mechones de mi cabello detrás de mis orejas—.Eh, estoy bien, mejor que antes. Gracias. —sonreí de lado, luego fruncí el ceño—. ¿Cómo anduvieron conmigo inconsciente de aquí para allá?

—La magía lo puede todo, cariño. También mis fuertes músculos. —Chloe sonrió mientras me ayudaba con mi cabello—. Por cierto, ¿qué es eso qué tienes en las muñecas?

Observé mís muñecas.

—No lo sé realmente. Cuando tomé el talismán subieron por mis manos y se quedaron ahí, intenté quitarlas pero no salieron. Tampoco tengo una maldición hasta el momento.

Me encogí de hombros y nos quedamos en silencio.

—Quiero volver al campamento pronto. —Peter se quejó de repente—. Tengo hambre, sueño, quiero ducharme. —enumeró con los dedos a la vez que hablaba—. Pero sobre todo, quiero ver a mis padres y descansar.

—Uy, el bebé quiere a sus papis. —pellizqué su mejilla hablándole como si fuera un bebé. Peter se sonrojó refunfuñando—. A quién engaño, también quiero ver a mis padres y a mí hermano.

Chloe bostezó—Igual.

—¿Y tú Mia? —Mia me miró confundida, por lo que reí un poco—. ¿Quieres ver a tus hermanos?

Asintió frenéticamente, era adorable.

—Ellos estarán muy agradecidos con ustedes, por haberme salvado. —sonrió enseñando todos sus dientes—. Yo también lo estoy.

.—AWWWWWWWW. —exclamamos los tres al unísono.

Sí, Peter también.

«****»

—Bien, debemos ir al piso 600.

Ya nos habíamos bajado del bus turístico y nos encontrabamos dentro del Empire State parados en medio del pasillo... buscando la forma de ir al piso 600.

—Preguntemosle al tipo de recepción. —Chloe apuntó al tipo con su barbilla y a paso apresurado fuímos con él. Vestía un traje negro, su cabello era negro y sus ojos cafés oscuros, tenía una mirada de aburrimiento—. Oiga, señor.

Nos miró alzando una ceja con intriga.

.—Queremos ir al piso 600.

Le hablé yo con seguridad, bueno, con un poco de nerviosismo también. ¿Y sí era nada más un mortal? Quedaríamos como locos.