Inútil

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Todo aquello era realmente desconocido. El desayuno estaba más rico de lo que cualquier chef que pudiera contratar, pero lo que le había conquistado era la forma en la que estaba, sentado con los padres de Marinette, esperando la hora para volver a clase. Porque, por mucho que los salvadores de París estuvieran en problemas, los dos adolescentes debían estudiar. No podían negar que había un poco de miedo, pues Natalie y el gorila podían esperar fuera para llevarlo a casa. Sabine Cheng les deseo buen día antes de que cruzaran la puerta

El colegio se veía con la resaca de las fiestas. Aun quedaban cosas que arreglar de todo aquello, como decoraciones colgando y la gente se veía sin ninguna gana. Alya llamó la atención de su amiga al ver que estaba muy tranquila agarrando la mano de Adrien. Se puso nerviosa, sin saber que decirle a su amiga. Adrien, por su parte, no dejaba de estar alerta, pues nada podía quitarle de en mente todo lo que sabía y lo que vivía. Quería recordar algo que fuera a ayudarlo, pero no llegaba nada. ¿De donde vendrían las ganas de su padre de querer los miraculous?

- Deja de pensar, Adrien- le dijo Marinette en el recreo- Te hace daño ver a tu padre como enemigo

- No sabía que fuera tan ambicioso y cruel. Se ha aprovechado de nuestros amigos, Marinette. A estas alturas ya sabrá que soy Chat Noir. 

Se sentía muy inútil al no poder hacer nada por él. Este se marchó a por su amigo para hablar de algo que no fuera el tema, dejando sola a ella. Tikki intentaba consolarla, pero era inútil, ella seguía echándose la culpa irremediablemente. Ella fue quien hizo el trato en vez de luchar contra él antes del baile. Ella fue quien iba a rendirse por ver sonreír a alguien. ¿Y de verdad seguía queriéndola? 

"Sabes que es porque a quien ama es a Ladybug, y no a ti"

Cuando terminaron las clases, ambos salieron a la vez, sin cambiar palabra pues Nino les estaba contando que tanto le había costado hacer una nueva mezcla y Alya lo llamaba fantasma. Se quedaron de piedra al ver que Gorila los estaban esperando. Ambos se despidieron y entraron en el coche. 

Y todo se volvió negro.

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