Un mes después

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Un mes después, eso ha pasado desde que me di cuenta el suceso tan decepcionante en parís. Así es, Dusty era el extraño del Bar, el que me hacía sentir viva, el que me hacia sentir fuego en mis venas y adrenalina por todo mi cuerpo, es difícil y estúpido de aceptar pero era de la persona de la que me estaba enamorando. 

Había cambiado mi número telefónico, me fui con June y Cam a vivir temporalmente ahí, no podía estar donde mi hermano y ver a Dusty siempre, no sabía nada de él en un mes completo, me llegaban flores y tarjetas de "Lo siento" además de miles de correos y llamadas telefónicas, June no dejaba que él llegara a su casa y además su barriga estaba más grande de lo normal, todo había cambiado para mi, lloraba noche tras noche, pensado en las estúpidas decisiones que había tomado, pero sabía que había aprendido la lección. 

-Nena, ¿quieres dejar de pensar sobre lo que sea que estés pensando? - Mamá sostenía la manga para decorar pasteles y me veía con expresión preocupada, era domingo y le estaba ayudando en el negocio, aunque no tengo idea como hacía para mantenerme de cajera.

-Lo siento Ma, necesito aire.- mamá asintió y salí del lugar que me tenía más depresiva.

Era un lindo día, exceptuando a las estúpidas parejas que se daban besos y exagerando su amor, me senté en una banquita del parque viendo edificios y a los niños jugar, un hombre se sentó a la par mía, no le di importancia hasta que reconocí el olor de la colonia.

-Hola.- Volvía ver a Dusty, estaba acabado, tenía bastante vello facial, sus ojeras de notaban y su cabello estaba sin cuidar.

-¿Que diablos te pasó?.- fue lo único que pude decir, mis manos sudaban y estaba nerviosa.

-Esto es lo que pasa cuando eres un imbécil, Zöe.- me miro a los ojos y sonrió 

-Ya veo Dusty, lo fuiste, fuiste un gran imbécil, pero no puedo hacer nada al respecto, no puedo creerlo, ¿por qué me engañaste de esa forma?, ¿querías solo jugar?, ¿solo tener sexo?.- lagrimas desbordaban de mis ojos, mi voz estaba elevada y sentía una gran presión en mi pecho.

Dusty me sujetó el rostro con su manos, sus fuertes manos que me gustaban tanto - Dime Zöe, que haría una mujer como tú, fijandose en alguien como yo?, enamorandose de alguien que solamente hace tatuajes, que no tuvo éxito alguno, que es un rebelde en su propia familia y que no puede ni tomar un poco de responsabilidad, dime Zöe, Solo así podía llamar tu atención, desde que te vi aquel día en el bar caí rendido a tus pies señorita Sanders, pero era de mucha clase para mi.- un lagrima recorría su mejilla, me soltó y se marchó.

Mi cuerpo no reaccionaba, no sabía que hacer en ese instante, estaba en modo automático, así que fui tras de él.

-DUSTY.- grité, pero ya era demasiado tarde

El Abecedario de ZöeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora