Cuarto capítulo

70 5 0
                                    


Cuarto capítulo.

— ¿Lista para entrar a clases? —pregunto la castaña entusiasmada. Charlotte suspiro y la miro.


— No voy a la escuela. —hizo una mueca y Aurora frunció el ceño.

— ¿Cómo? Debes ir, Charlie.


— Lo sé, lo mismo pienso yo, pero mi tío dice que es muy difícil ir y venir de la ciudad todos los días. —rodo los ojos y la chica rio.


— Tu tío es algo... testarudo. —bufó. — ¿Qué te parece si yo intervengo con eso?

— ¿Que dices? ¡No, no, no lo hagas! —dijo casi gritando. Charlotte conocía perfectamente a su tío y sabía que si dejaba que hiciera eso, se enojaría de por vida con ella y ¡adiós pareja perfecta!


— ¿Qué tiene de malo, Charlie? —Charlotte se preocupó más, Aurora mostraba demasiado interés y eso debería cambiar. La pequeña se había propuesto que convencería a su niñera de aceptar que aún no se ha olvidado de Harry y así el por fin dejaría de ser tan amargado y aburrido. Nunca lo había visto sonreír tanto desde el día que 'eso' paso hasta hoy en la mañana; tal vez quiere decir que en algún pequeño lugar de un mini—pedacito de su corazón, siente algo por Aurora, y por el momento, solo le queda hacer que ella no lo eche a perder todo.


— Ya no tengo ganas de ir a la escuela. —mintió horriblemente.


— Bueno, digas lo que digas, yo hare que tu...—toco la punta de su nariz con el dedo índice y Charlotte rio. — mi pequeña princesita tenga muchos amigos en su nueva escuela.


— ¿Enserio? —Bueno, esa era una oferta tentadora, ¿amigos decía?— ¡De acuerdo! —se rindió al fin.


Charlotte 0 — 1 Aurora


— Así me gusta. —sonrió.


— ¿Qué hacías? —Se recargo en la repisa de la cocina.


— Pastel de moras. —dijo emocionada.


— ¡Estupendo! Es uno de mis favoritos. —sonrió.


— ¿En serio? El mío igual. —rio.


— ¿Te puedo ayudar?


— Ya está en el horno, pero ¿te parece si tú lo decoras? —Levanto sus cejas.


— Este bien. —rio.


Se sentó a esperar en tanto el pastel estaría listo.

Harry tomo el lápiz, lo dirigió a su boca y comenzó a morderlo desesperadamente. Revolvió su cabellera y suspiro; ¿qué era eso que lo atormentaba tanto?

Claro. Era Penny; que no la había podido sacar de su cabeza desde que la anciana de la plaza se lo recordó.


¿Cómo sabia eso? ¿Quién era ella? ¿Por qué desapareció? ¿Qué quería? Todas esas preguntas sin respuestas retumbaban por toda su mente como una pelota de playa. Tomó el vaso de vidrio y vació todo ese líquido espeso por sus labios, raspando su garganta ardidamente, desgarrando su esófago hasta llenar todo el vacío que sentía en su pecho. Se prometió nunca llorar, pero, era imposible. Aunque siempre cumplía su palabra.


Escucho un ruido detrás de él y volteo rápidamente.


Un libro. Había un libro tirado en el suelo; que raro. Se dirigió hasta él y lo levanto para colocarlo de nuevo en las repisas.

Se escuchó otro golpe, uno más alejado.


Otro libro. Fue hasta allá y lo levanto. Una ráfaga de viento atravesó la habitación levantando las cortinas con fuerza. Harry pego un brinco y corrió a cerrarlas.

La niñera de Charlotte « H.S .»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora