Primer capítulo

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Primer capítulo.

Día frio en Cheshire, ya no era algo raro; de hecho, se podría decir que ese era el clima de todos los días, sea verano, sea invierno.

Harry Styles, miro por el ventanal del comedor y tomo un bocado a su panque. Charlotte lo miro frustrada y suspiro.

— ¿Qué te pasa, tío? — Frunció el ceño y se recargo en el respaldo del asiento.

—Siéntate bien. —la regaño. Volvió a su postura anterior, un poco harta de la actitud de Harry. — Y no me pasa nada, gracias por preguntar.


—Como digas.— suspiro resignada y tomo un trago al vaso de leche fresca. — ¿Cómo te va con lo de la niñera?


— Tu no te preocupes por eso, Charlotte.— La miro y comenzó a jugar con uno de los cubiertos.

—Solo no quiero que elijas alguien que no me agrade. —Coloco sus codos en la mesa y recargo su cabeza entre ellos.

— No se trata de que te agrade o no, yo elegiré a la persona que este capacitada para hacer ese trabajo, no te dejare en malas manos, ni mucho menos.— Charlotte se levantó de la mesa y se dispuso a salir hasta su habitación. Estaba segura de que el Harry Styles que estaba sentado en esa silla no era su tío. Para tener siete años, sabía perfectamente lo que a su tío le faltaba; amor, cariño y tal vez una princesa que pintara de colores su gris y monótona vida.

Se ha pasado prácticamente la mitad de sus veintisiete años dedicando su vida a la empresa donde trabajaba. Era absurdo para Charlotte, pasarse cada hora del día metido en cálculos, dinero y comercio; ella quería ver a su tío «casi papá» feliz, y haría lo que fuera para lograrlo.

—Charlie, querida. —Se escuchó la voz de Laura al otro lado de la puerta. Ella era una de las empleadas de su padre, y después de su muerte, Laura se convirtió en la mejor amiga de Charlotte, aun con sus 60 años de vida. Ella le ayudo mucho a recuperarse después de la perdida de sus papás.

—Un momento, nana. —Se dirigió a la puerta y giro la perilla para abrirla. Laura sonrió y beso delicadamente su frente, ambas se sentaron en la orilla de la cama de la pequeña y Laura comenzó a cepillar el largo cabello de Charlotte. —Esto será lo que más extrañare.— Soltó de repente.

—¿De qué hablas, linda? — La miro preocupada.

—De mi cabello, lo extrañare cuando se caiga. — Suspiro. Laura puso su vista en ella y bajo la cabeza apenada. La amaba como si fuera su hija, y no soportaría verla sufrir.


—Eso no pasara, Charlie.— La ánimo.

—Todos en esta casa lo sabemos, nana. Comienzo a creer que por eso el tío Harry ya no me quiere como antes.— Hizo una mueca.

—El tío Harry te ama, demasiado.— Le dijo un poco extrañada por las palabras de Charlotte, algo no congeniaba, algo marchaba mal y tendría que saber de qué se trataba.

—Pues, demuestra lo contrario.— Suspiro y se giró para mirarla a los ojos.— Ya ni siquiera tiene tiempo para montar caballo, ni salir de picnic o esas cosas.

—Tienes que acostumbrarte a sus horarios, Charlie. Se mantiene ocupado en la empresa, consiguiendo dinero para darte lo que necesitas, y quieres; eso demuestra que te ama.

—No me deja ir a la escuela.— Contradijo. —Y yo lo necesito... Y lo quiero.— Afirmo.


—Ya habíamos hablado sobre el tema, Charlotte, el instituto está en el pueblo y queda a dos horas de aquí, no podríamos llevar y traerte todos los días, debes entenderlo.


—Por favor, nana, no le diremos a mi tío.— Susurro.— Quiero tener amigos, y no las podre hacer aquí encerrada...—Laura rio un poco.


—Me tienes a mí, a Dallas y a Wendy ¿somos tus amigos, no?

La niñera de Charlotte « H.S .»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora