Noveno capítulo

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Noveno capítulo

La castaña tomo su cabello en una bonita trenza al costado. Vestía un sweater naranja oscuro con unos jeans desgarrados y unas botas hasta abajo de las rodillas color café. Termino por amarrarse el listón al extremo de la trenza y se delineo los ojos con una ligera línea de color negro. Coloco brillo en sus labios y sonrío.

Aun no entendía porque se preocupaba tanto por su apariencia delante de un hombre. Harry le gustaba. Sí, mucho; nunca dejo de hacerlo. Pero, ¿en realidad podría convencerlo de dejar el asunto de Penny atrás y vivir el presente? ¿Con ella? ¿La niñera de Charlotte? Quien sabe, pero de una cosa si estaba segura.

Esa noche se entregaría a él.

Sintió una racha de viento atravesando su cuerpo. Miro la ventana y fue a cerrarla. ¿Qué pasa? Se preguntaba. La radio se encendió de un solo chasquido y la chica pego un brinco.


Aurora

Aurora


El viento parecía hablar en un susurro.

Una clara sombra paso a su lado y el miedo se hizo presente.

No cometas un error.

¿Qué jod...? ¡La puerta! Oh diablos, se ha cerrado.

Su corazón se aceleró y salió rápidamente de su habitación.

Harry no se dio cuenta cuando ella paso corriendo al lado de la biblioteca. Miro la habitación de la chica y fue hacia ella pensando que estaría dentro.
Dio tres toques a su puerta y nadie le abrió.

Entro sigilosamente en ella y no, no estaba.

— ¿Aurora? —pregunto mientras se asomaba en el baño. — ¿Dónde te has metido? —susurró.


— Harry, ¿no te han dicho que entrar a la habitación de una mujer sin su permiso es una invasión a la privacidad? —le dijo Elsa a sus espaldas.


— ¿Que dices...? —la miro.


— Nada. ¿Qué haces aquí?


— Busco a Aurora, ¿la haz visto?


— Salió corriendo hacia el establo, parecía como si le hubieran jalado los pies, tenía una cara... —rio.


— ¿No te dijo que le pasaba? —pregunto alarmado.


— ¿De qué hab...?

— Elsa, algo extraño está pasando, es como si algo o alguien tratara de mantenernos...


— ¿Juntos?

— Podría ser.

— ¿Que te fumaste, primo? —le dijo riendo irónicamente.

— Es verdad, no me creas si así lo prefieres, no voy a pelear contigo por algo que no asimilas. Ahora, si me disculpas, tengo que hablar con ella.


— De acuerdo, cupido, nos vemos y que pasen una buena velada.

— Como digas, buenas noches. —salió de la habitación y fue hasta el patio que conducía al establo.


Abrió el portón y allí estaba ella, temblando del miedo. La miro y se acercó. Le toco el hombro y ella grito audiblemente. Se giró para verlo, lo abrazo y se hecho en su hombro.


— ¿Qué pasa? —le acaricio su cabello con la mano y trato de calmarla.

— No se Harry, te juro que esto me está aterrando.

La niñera de Charlotte « H.S .»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora