Capitulo dos.

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Capitulo dos. 

Ah las siete y media de la mañana ya me estaba dirigiendo a la escuela. Con el frasco de Nutella metido en mi valija baje del auto respirando hondo.  

Camine por el pasillo buscando con la mirada a la niña, no la encontré. Divise a lo lejos a Joaquín con una sonrisa en la cara, me vio y me sonrió mientras me saludaba con la mano, le correspondí y seguí hasta mi oficina. 

Al toque de timbre, el primero que apareció fue Joaquín, se acerco casi saltando hasta mí y me abrazo, le correspondí algo inseguro. 

-¿Todo bien?- Le pregunte, el se separo y asintió. Le hice una seña para que se sentara, me hizo caso y yo me senté en mi silla, lo mire y espere que empezara a hablar. -¿Y bien? ¿Cómo te fue?

-Ellos me aceptaron.- Vi como sus ojos se cristalizaron. –Me escucharon y no me  criticaron.- Le sonreí.

-¡Felicidades!- Le dije y el rio.

-Gracias por  todo lo que has hecho, profe. No sé lo que hubiera hecho sin usted.- Le sonreí con nostalgia, me sentí realmente feliz.

Después de unos minutos de charlar, se levanto.

-Bien, me iré. Había una chica afuera, se le veía feliz, creo que no soy la único al que esta ayudando.- Me sonrió y salió por la puerta. 

Espere unos segundos con los ojos pegados en la puerta.  Esta se abrió y entro Destiny. Su cabello estaba suelto y lo tenía hacia un lado, al final tenía unos lindos bucles. Llevaba una camisa color blanco con un cuello bebé que lo combinada con negro, un pantalón clarito. Y abajo terminaba por llevar unas guillerminas blanca. Me sonrío y se sentó enfrente de mí con su bolso. 

-Hola.- Me dijo y yo le sonreí.

-Hola Destiny.- Revise entre mi maleta y saque la bolsa. La arrastre hasta la otra punta de la mesa, ella me sonrió y lo tomo. 

-Gracias.- Murmuro y lo saco de la bolsa, fue como si sus ojos le brillaban cuando abrió la tapa de esto. Acerco su silla más cerca de mi escritorio y comenzó a revolver entre sus bolsos, segundo después saco un paquete de galletitas oreo. 

-¿Qué haces?- Pregunte, ella me miro y largo una risita. Abrió las galletitas y las arrastro hasta al lado del frasco. Tomo una, la unto con nutella y se la metió en la boca. Me miro y hizo una seña con la cabeza, para que coma. Mire nervioso la puerta.

-No creo que deba…- Dije, ella me miro y frunció el ceño.

-No me obligues a forzarte.- Frunció el ceño, reí y tome una masita, ella asintió satisfecha. 

-Esto no está bien, hay más chicos que quieren entrar.- Ella me miro con las cejas levantadas y se sentó al estilo indio en la silla, haciéndome la contra. 

-Antes de que me olvide.- Se arqueo un poco y saco de su bolsillo trasero algo, estiro la mano y me dio algo, se lo recibí.  Veintes dólares estaban en mis manos.

-¿Qué es esto?- Pregunte, ella rio.

-La plata de esto.- Apunto la Nutella. –No sé que hubiera hecho sin ti- Me largo un beso con la mano y reí. 

-Está loca.- Le deje la plata enfrente. Ella frunció los hombros.

-Todos piensan eso.- Murmuro, levante la mirada, se veía… dolida. Me miro y fue como si su expresión se cambiara en un segundo. Sus ojos risueños volvieron acentuar su cara. –Supongo que  a la los chicos le gustan las chicas huecas.- Fruncí el ceño y la mire. -¿No es cierto?-

-No lo sé.- Murmure, volvió a escogerse de hombro, siguió comiendo de sus galletas en silencio. –Destiny…- La mire, y ella levanto la cabeza.

Los secretos de un consejero y su alumna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora